En medio de la vasta biodiversidad del Cerrado brasileño, uno de los biomas más importantes y amenazados de Brasil, un equipo de científicos ha dado un emocionante paso en la comprensión de la fauna local, el descubrimiento de una nueva especie de serpiente, bautizada como Leptophis mystacinus.
Este hallazgo fue liderado por investigadores del Instituto de Biociencias (Inbio) de la Universidad Federal de Mato Grosso do Sul (UFMS).
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El biólogo Diego Santana, coautor del estudio y profesor del Inbio, comenta que la serpiente pertenece al grupo conocido como serpientes loro, reptiles de hábitos diurnos y arborícolas que se desplazan ágilmente entre las copas y troncos de los árboles.
Al principio, los expertos creyeron que se trataba de una especie ya conocida, pero al analizar el ADN y la morfología, confirmaron que era un ejemplar nuevo para la ciencia.
Lo que hace particularmente llamativa a la Leptophis mystacinus es una característica única: una franja negra que cruza sus ojos y continúa a lo largo del cuerpo, dándole la apariencia de tener un “bigote”.
Su nombre científico proviene del griego mystax, que significa precisamente bigote. Además, exhibe dos franjas dorsolaterales verdes separadas por una línea amarillenta, manteniendo la coloración vibrante típica de las serpientes loro. Puede alcanzar hasta 86 centímetros y es completamente no venenosa.
Comparada con sus “primas” amazónicas serpientes loro de mayor tamaño como Corallus batesii, la boa constrictora y la anaconda la Leptophis mystacinus es más pequeña y delicada, pero no menos importante para el equilibrio ecológico del Cerrado.
Este hallazgo nos recuerda que aún hay muchos secretos ocultos en los bosques brasileños y que la investigación científica es clave para proteger la riqueza natural que el planeta aún guarda.