La tarde del jueves se tiñó de tragedia en la autopista Interestatal 35, en San Antonio, Texas. Un accidente devastador, ocurrido a la altura de Leon Creek, cobró la vida de cuatro personas y dejó más de 20 heridos, varios de ellos en estado grave. Entre los fallecidos está Tito Guerra, empresario ampliamente conocido en el norte de Coahuila por su liderazgo al frente de la empresa Transportes Guerra.
El siniestro ocurrió cuando un Chevrolet Camaro, presuntamente robado, se estrelló contra uno de los autobuses de pasajeros de la compañía propiedad de Guerra. La unidad se dirigía hacia Eagle Pass con destino final en México y transportaba mayoritariamente pasajeros de la región norte de Coahuila, quienes viajaban para actividades familiares o laborales.
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El impacto fue tan violento que la escena obligó al cierre total de la autopista durante horas. Equipos de emergencia, bomberos y policías estatales trabajaron intensamente en el lugar para rescatar a los heridos y controlar la situación.
Pero la tragedia no terminó ahí. Según testigos, los cuatro ocupantes del Camaro descendieron del vehículo tras el choque y huyeron del lugar. Uno de ellos fue visto portando un arma larga, aparentemente un rifle tipo AK-47, lo que disparó las alertas entre las fuerzas de seguridad y detonó un operativo de búsqueda inmediata por temor a que representaran una amenaza adicional.
La noticia ha conmocionado a la comunidad de Allende, Coahuila, donde Tito Guerra era una figura muy respetada. Empresario de carácter afable y comprometido con el desarrollo de la región, Guerra había consolidado su empresa como una de las más reconocidas del transporte terrestre en la zona norte del país.
El trágico accidente también ha puesto sobre la mesa el tema de la seguridad en las carreteras de Estados Unidos, especialmente en tramos cercanos a la frontera, donde el tráfico de vehículos robados y personas armadas representa un creciente riesgo para los ciudadanos comunes.
Hasta el momento, las autoridades no han reportado detenciones relacionadas con los responsables del choque, y continúa la investigación para dar con los implicados.
Mientras tanto, la comunidad mexicana en Texas y en Coahuila llora la pérdida de uno de sus líderes más queridos, víctima de un acto irresponsable y criminal.