El reciente informe médico emitido por la Casa Blanca confirma que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de 79 años, padece insuficiencia venosa crónica (IVC), una afección que compromete el retorno sanguíneo desde las piernas hacia el corazón.
La noticia ha despertado preguntas sobre la gravedad de este trastorno y qué consecuencias puede acarrear si no se atiende debidamente.
Insuficiencia venosa crónica, el mal de Trump
Durante una rueda de prensa, Karoline Leavitt, portavoz del mandatario, explicó que el hallazgo se dio tras una serie de estudios por imagen en las extremidades inferiores.
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Aunque aclaró que se trata de un cuadro moderado y bastante común en adultos mayores, especialistas advierten que, si se descuida, puede derivar en complicaciones importantes para la salud vascular.
La insuficiencia venosa crónica ocurre cuando las paredes y válvulas de las venas en las piernas se debilitan o dañan, lo que dificulta que la sangre regrese adecuadamente al corazón.
Esta disfunción provoca acumulación de sangre en las extremidades inferiores, generando síntomas como hinchazón, dolor vespertino, pesadez, picazón, calambres nocturnos y fatiga.
Factores
Los principales factores que favorecen su aparición incluyen la edad avanzada, antecedentes familiares de varices, sedentarismo, obesidad, embarazos múltiples y trabajos que requieren estar de pie muchas horas. Aunque el dolor es un síntoma frecuente, no siempre está presente, lo que puede dificultar la detección oportuna.
El tratamiento suele combinar el uso de prendas elásticas de compresión, modificaciones en la rutina diaria (como caminar más o elevar las piernas), y en casos avanzados, procedimientos médicos como la ablación por calor o intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas. Acudir con un especialista en cirugía vascular es crucial al notar signos tempranos.
La insuficiencia venosa crónica no representa una amenaza inmediata para la vida, pero sí puede mermar considerablemente la calidad de vida si se ignora. Tal como lo evidenció el diagnóstico de Trump, este padecimiento silencioso merece atención oportuna para evitar que evolucione hacia complicaciones como trombosis o úlceras persistentes.