El precio del permiso I-94, indispensable para ingresar legalmente a Estados Unidos más allá de la franja fronteriza, aumentó a 30 dólares, lo que ha generado inconformidad entre viajeros frecuentes, comerciantes y familias binacionales que dependen de la movilidad entre ambos países.
El permiso I-94, emitido por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés), es un requisito para ciudadanos con visa de turista que desean viajar más de 25 millas (40 kilómetros) al interior del país o permanecer más de 30 días.
Aumento desmedido del permiso I-94
El trámite, que antes costaba 6 dólares, ahora tendrá un incremento de 24 dólares más, lo que ha encendido las alarmas entre usuarios regulares.
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El incremento no solo afecta a quienes se desplazan por cuestiones comerciales. Familias divididas por la frontera, estudiantes, trabajadores temporales y pacientes que acuden a tratamientos médicos en el interior del país también resentirán el ajuste.
Autoridades estadounidenses justifican el alza como parte de un ajuste necesario para cubrir los costos operativos del procesamiento migratorio, seguridad y digitalización del sistema.
Sin embargo, no se ofreció una consulta pública previa ni se anunciaron medidas de compensación o descuentos para viajeros frecuentes.
Este cambio se suma a una serie de medidas que endurecen el cruce fronterizo: desde el endurecimiento de revisiones hasta restricciones en el horario de procesamiento de documentos.
En conjunto, estas decisiones afectan directamente la vida cotidiana de miles de personas que sostienen economías y vínculos humanos a ambos lados del río Bravo.
Piden revisión de nuevas tarifas
Diversas organizaciones civiles ya han solicitado que se revise el aumento y se valore la posibilidad de crear tarifas diferenciadas o exenciones en casos humanitarios o de alta frecuencia de cruce.
El nuevo precio del I-94 se mantendría vigente y es obligatorio tanto si se tramita en línea como en los puertos de entrada. Mientras tanto, los usuarios deberán ajustar sus presupuestos, una vez más, para poder mantener su movilidad legal en la frontera más transitada del mundo.