Puede que el nombre "One Big Beautiful Bill" suene exagerado, pero la nueva ley fiscal que entró en vigor este julio en Estados Unidos es todo menos un chiste. El Congreso la aprobó, Trump la firmó… y ahora, todos los que cruzamos la frontera podríamos pagar el precio.
El CBO (Congressional Budget Office) lanzó la alerta, esta reforma aumentará el déficit de Estados Unidos en más de 3.4 billones de dólares en los próximos 10 años.
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Más vigilancia en la frontera
Uno de los puntos fuertes de la ley es mayor inversión en seguridad fronteriza, CBP (Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos), se espera más personal, más tecnología y, probablemente, más revisiones lentas y exhaustivas para quienes cruzan a diario por trabajo, escuela o compras.
Al recortar programas sociales como Medicaid y SNAP, el gobierno podría comenzar a recortar beneficios incluso para residentes legales o familias mixtas que dependen de ayuda en estados como Texas o California.
Y eso no es todo. Si el déficit sigue subiendo, como prevé el CBO, la economía de Estados Unidos podría verse obligada a elevar tasas de interés… lo que afectaría el valor del dólar y, por tanto, el tipo de cambio.
Si mandas remesas, haces compras del otro lado o simplemente cambias pesos por dólares, tu dinero puede rendir menos.
Compras menos baratas del otro lado
Las rebajas fiscales pueden parecer buenas noticias, pero también significan menos recursos para gobiernos locales.
Esto podría provocar alzas de impuestos estatales o locales sobre servicios, gasolina o productos… justo los que miles de fronterizos compran en Estados Unidos cada semana.
Lo que pasa en Washington no se queda en Washington, esta nueva ley y sus efectos sobre la deuda nacional podrían sentirse hasta en el último centavo de cambio que recibes en Laredo, El Paso o McAllen.