Este día es marcado históricamente en la comunidad católica por la elección del nuevo papa: el cardenal estadounidense, Robert Francis Prevost, quien ha elegido como nombre distintivo a León XIV. Este nuevo líder católico, también comparte raíces con la comunidad latinoamericana; ¿de dónde exactamente?
Francis Prevost tiene un vínculo profundo con Perú, país donde forjó gran parte de su vocación pastoral y episcopal. Aunque nació en Chicago, Illinois, el 14 de septiembre de 1955, su historia está íntimamente ligada a la Iglesia peruana, donde desarrolló una misión de casi tres décadas que marcaría su trayectoria y lo llevaría al trono de Pedro.
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Papa con conexión peruana
Prevost llegó al Perú en 1985, enviado como misionero agustino a Chulucanas, en el norte del país, donde sirvió como canciller de la Prelatura Territorial.
Desde entonces, su compromiso con el pueblo peruano no se detuvo. En Trujillo, dirigió el seminario agustiniano y fue profesor de derecho canónico, prefecto de estudios, párroco y vicario judicial de la arquidiócesis. Entre 1989 y 1998, su labor fue clave en la formación de nuevas generaciones de sacerdotes.
En 2014, el Papa Francisco lo llamó nuevamente al Perú como administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo, y al año siguiente fue ordenado obispo.
Su cercanía con la realidad social y espiritual del país lo llevó a convertirse en una figura importante dentro de la Conferencia Episcopal Peruana, donde fue vicepresidente y miembro del consejo permanente.
Aunque nació en Estados Unidos, la identidad pastoral y episcopal de León XIV se forjó en el Perú, país donde vivió más de 20 años y que marcó profundamente su mirada sobre la Iglesia y la sociedad.
Su elección como Papa no solo representa una continuidad del impulso reformista de Francisco, sino también una señal clara de que América Latina, y especialmente Perú, sigue siendo un referente espiritual para el catolicismo mundial.