En el extenso estado de Texas, donde las carreteras interestatales parecen invitar a pisar el acelerador, el exceso de velocidad no solo representa un riesgo para la seguridad, sino también un golpe considerable al bolsillo.
Las multas por exceso de velocidad varían según el condado, pero comparten un denominador común, son costosas.
En el Condado de Travis, donde se encuentra Austin, la sanción base es de $10 por cada milla por encima del límite, más costos judiciales que fácilmente elevan la cifra total a más de $200 dólares.
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Por ejemplo, si un conductor circula a 80 mph en una zona de 65 mph, la multa será de al menos $150 + $129 en costos judiciales, es decir, $279 dólares en total.
En zonas escolares, la situación se agrava, las multas comienzan desde $20 por milla excedida, y la mayoría de los tribunales no permiten tomar cursos de manejo defensivo para borrar la infracción si se excede el límite por más de 25 mph.
Zonas de construcción: multas al doble
En zonas de trabajo con personal presente, las multas se duplican por ley. Esto significa que una infracción menor puede terminar costando más de $400 dólares, incluso si se trató de un pequeño descuido.
Esta medida busca proteger a los trabajadores viales, quienes enfrentan riesgos constantes en su labor.
Reincidencia y consecuencias adicionales
Los conductores reincidentes no solo pagan más, pueden enfrentar la suspensión de su licencia de conducir. Además, las compañías de seguros suelen aumentar significativamente las primas después de una infracción por velocidad, considerando al conductor como “de alto riesgo”.
Algunas ciudades como Dallas y Austin han implementado programas de amnistía para ayudar a los residentes con multas acumuladas, ofreciendo pagos flexibles o servicio comunitario.
Acelerar en Texas puede parecer inofensivo en tramos largos de carretera, pero el costo puede ser altísimo. Además del impacto económico, las consecuencias legales y de seguridad son considerables.