Puede que lleves años cocinando enchiladas, tacos o chiles rellenos creyendo que estás siguiendo la receta tal como debe ser, pero hay un ingrediente que, aunque parece inofensivo, podrías estar usando de forma equivocada y arruinando el sabor auténtico de tus platillos mexicanos sin saberlo, se trata nada más y nada menos que del ajo.
Sí, el ajo. Ese pequeño, pero potente ingrediente que se ha ganado un lugar fijo en casi todas las cocinas del país. Según la chef Karla Gaspar, especializada en gastronomía tradicional mexicana, el error más común es dorarlo de más o usar ajo en polvo, lo que altera por completo el perfil de sabor original de muchos guisos.
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Cuando quemas el ajo, aunque sea un poco, en lugar de dar sabor, amarga toda la preparación, y usar ajo en polvo para hacer un mole o unos frijoles charros es casi un sacrilegio
Además, muchas personas lo agregan desde el principio de la cocción, lo que hace que pierda su potencia aromática antes de tiempo.
El truco, según los expertos, es añadirlo al final del sofrito o machacarlo y dejarlo reposar antes de usarlo, para que suelte sus aceites naturales.
Este descubrimiento ha desatado una pequeña revolución culinaria en redes sociales, cientos de usuarios han comenzado a compartir sus "antes y después" al cambiar la forma en que usan el ajo, afirmando que ahora sus platillos saben “más mexicanos que nunca”.
Así que ya sabes, si tu salsa, caldo o arroz nunca terminaba de saber “como el de la abuela”, tal vez el ajo estaba saboteando tu receta sin que lo notaras.