ALIMENTOS CANINOS

Texano se alimentó solo de comida para perro durante cinco días, esto fue lo que le pasó

Su objetivo era demostrar que sus productos eran tan naturales y seguros que incluso un humano podría consumirlos

Escrito en GLOBAL el

Mitch Felderhoff, un empresario de Texas y cofundador de la marca de alimentos caninos Muenster Milling, decidió comerse exclusivamente su propio producto por cinco días. Su objetivo: demostrar la calidad del alimento que vendía. Durante el reto, documentó cada comida croquetas secas, comida húmeda y suplementos y mostró sus reacciones sin filtros.

Aunque no sufrió efectos adversos graves, sí experimentó síntomas importantes: fatiga, gases, mal aliento, acidez estomacal y diarrea ocasional.

Al término del reto, perdió alrededor de 3 kilos, según sus propias declaraciones, y prometió no repetir la experiencia.

¿Es seguro comer comida para perro?

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) regula tanto alimentos humanos como para mascotas, pero bajo estándares distintos.

Aunque muchas croquetas usan ingredientes “grado humano”, eso no significa que estén diseñadas para nuestro sistema digestivo.

Los veterinarios y nutriólogos coinciden, la comida para perro puede contener nutrientes básicos, pero no está balanceada para los humanos.

Además, el riesgo de contaminación por bacterias como Salmonella o Listeria monocytogenes es más alto en alimentos animales, lo cual puede representar un peligro serio para personas con sistemas inmunológicos comprometidos.

Lo que dicen los expertos

Según la Universidad de Harvard, las necesidades nutricionales humanas son complejas y dependen del equilibrio de vitaminas, fibra, minerales y proteínas específicas que la comida para perro no ofrece, así mismo la dietista registrada Lisa Young lo señala.

Una persona podría sobrevivir unos días comiendo croquetas, pero no es sostenible ni saludable. Es como intentar vivir comiendo solo cereal seco

El reto de Mitch fue una jugada publicitaria extrema, pero dejó claro que lo que damos a nuestras mascotas sí importa… y que no deberíamos compartir su dieta. Aunque algunas croquetas pueden parecer inofensivas, nuestro cuerpo necesita algo muy distinto.