Durante décadas, los andadores han sido uno de los regalos más comunes que familiares como abuelos o tíos ofrecen a los padres primerizos.
Este artefacto, que aparenta ser un aliado para estimular a los bebés a caminar, en realidad representa una amenaza latente tanto para su salud como para su bienestar físico.
El peligro de los andadores
En el imaginario colectivo, los andadores se asocian con una herramienta que supuestamente impulsa el proceso de locomoción de los pequeños.
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Esta creencia, sin embargo, ha sido refutada por pediatras y expertos en neurodesarrollo. Lejos de acelerar el aprendizaje, el uso frecuente de estos dispositivos puede interferir con la maduración natural del sistema motor y retrasar habilidades fundamentales como el equilibrio o la coordinación.
El ex secretario de Salud de Nuevo León, el doctor Manuel de la O, ha señalado que en lugar de recurrir a andadores, es más recomendable optar por juguetes sensoriales, tapetes de juego o materiales que estimulen el movimiento autónomo y el desarrollo neuromuscular desde edades tempranas.
Según cifras globales, cada año miles de bebés son ingresados a servicios de urgencias por incidentes relacionados con estos aparatos, incluyendo golpes, lesiones craneales, quemaduras e incluso intoxicaciones.
Prohibidos en varios países
A nivel internacional, países de primer mundo han prohibido la venta y fabricación de andadores por representar un riesgo innecesario. En México, si bien su comercialización sigue permitida, algunas entidades ya comienzan a legislar su restricción. El cambio normativo busca prevenir accidentes y fomentar prácticas de crianza más seguras.
El video más reciente difundido en redes sociales, el médico explica los peligros asociados al uso de andadores.
El mensaje del galeno es claro: los andadores no son herramientas de apoyo, sino potenciales amenazas. Pensar en el bienestar del bebé implica replantear regalos como los andadores y considerar alternativas que realmente fomenten su desarrollo integral.