La reciente muerte del papa Francisco, a los 88 años, ha conmocionado al mundo católico. Jorge Mario Bergoglio, el primer papa latinoamericano de la historia, será recordado por su estilo humilde, sus reformas y su constante llamado a la paz y la inclusión.
Ahora, el Vaticano se prepara para uno de los procesos más solemnes y esperados, la elección del nuevo Pontífice.
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El Cónclave ya ha sido convocado. De los 229 cardenales actuales, 138 tienen derecho a voto, en la Capilla Sixtina, tras largas deliberaciones y varias rondas de votación, uno de ellos será elegido como nuevo líder de la Iglesia.
Sin embargo, tras aceptar el honor y la enorme responsabilidad, el elegido tendrá que tomar una de sus primeras decisiones, su nuevo nombre papal.
Históricamente, el papa adopta un nombre que refleje sus ideales, su inspiración o su propósito. Aunque puede elegir el nombre que desee, la mayoría opta por rendir homenaje a pontífices anteriores o santos importantes.
Así fue como Jorge Bergoglio eligió llamarse Francisco, en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y compromiso con los pobres.
El momento es simbólico: el nuevo papa es preguntado en latín "¿Quo nomine vis vocari?" ("¿Con qué nombre quieres ser llamado?") y, con su respuesta, sella el tono de su pontificado.
Minutos después, su nombre es anunciado ante el mundo desde el balcón de San Pedro.
Basándose en tendencias históricas, homenajes a figuras queridas y preferencias recientes, expertos en inteligencia artificial han predicho cuál podría ser el nombre del próximo papa.
Analizando patrones de elección de nombres en los últimos 500 años, la IA sugiere que el nuevo papa podría llamarse Juan Pablo III, en honor a uno de los pontificados más populares y carismáticos del siglo XX, el de Juan Pablo II.
Además de elegir su nombre, el próximo papa enfrentará enormes desafíos, reconciliar posturas dentro de una Iglesia dividida, abordar los temas de modernización, y continuar el legado de apertura y misericordia que Francisco impulsó.
Por ahora, el mundo observa en silencio, a la espera de que el humo blanco anuncie al nuevo líder espiritual de más de mil millones de fieles... y con él, su nuevo nombre, que podría marcar toda una nueva era.