El padre Jorge Bergoglio a quien el mundo conoció estos últimos años como el Papa Francisco, fue el primer obispo latinoamericano en obtener la tiara papal. Tras su fallecimiento el día de hoy, se le recuerda por muchas cosas, especialmente por su acercamiento a los pobres y su enorme carisma como dirigente de la Iglesia Católica.
El Papa Francisco fue el último Papa conocido, al día de hoy, por haber vivido una calamidad mundial como lo fue la pandemia del COVID-19. Durante los casi tres años en que el mundo quedó 'encerrado' entre cuatro paredes, el Papa estuvo presente en los hogares de la gente a través de la televisión y las redes sociales.
Te podría interesar
El Papa envía un mensaje post-pandemia al mundo
El 1ero de enero del 2023 el Papa publicó en sus redes un mensaje público titulado 'Nadie puede salvarse solo'; la carta está descrita en 5 puntos, mediante los cuales, el dirigente católico hace un llamado a la unidad.
En su mensaje, el Santo Padre comparaba la época pandémica como "las horas más oscuras" y sus palabras buscaron animar a los creyentes ante las dolorsas secuelas de la pandemia. Invita a la comunidad católica a no resignarse y a estar alerta para que el miedo no los venciera, ni el dolor o la resignación los atrapara.
Expresa su plena conciencia ante los cambios acontecidos sufridos en la vida diaria de la gente; aplaudiendo por su parte, el gran trabajo de ayuda y esfuerzo que hicieron tanto médicos como enfemeras para atender a la población mundial; también reconoció la labor de los gobiernos y las dificultades enfrentadas que debieron enfrentar tomando drásticas medidas en atención a la magnitud de la emergencia.
Incluyó en su texto cada uno de los puntos sensibles del mundo: pobreza, salud y empleo; en este aspecto, deja en claro que su atención abarca todas las necesidades que acompañaban el inicio de ese año.
En palabras de Francisco I: Los aprendizajes de la pandemia
Con esta carta, el Pontífice expresa en preguntas la incertidumbre que podría caber en el corazón de los creyentes; y, pidió a las personas hacer una reflexión de los aprendizajes obtenidos durante la pandemia. Cuestiona la capacidad de los seres humanos para aprovechar un cambio tan grande de la rutina, que les permitirá romper con antiguas ataduras y viejos hábitos que hasta ese momento no los dejaran crecer espiritualmente.
El centro del mensaje es la fraternidad humana y enfatiza la urgencia de trabajar juntos y promover los valores universales a través de la fe. Subraya la intoxicación que genera el uso excesivo de la tecnología, de forma tal que comparó su uso con la idolatría y señaló, que este mundo acelerado era una amenaza de la justicia, armonía y paz que tanto se busca.
La mayor lección que deja en herencia el COVID-19 es la conciencia de que todos nos necesitamos... nadie puede salvarse solo
El Papa Francisco I termina su mensaje con el lado bueno de la experiencia pandémica: "un beneficioso retorno a la humildad; una reducción de ciertas pretensiones consumistas... y un compromiso verdaderamente heroico [ante] la emergencia."
La invitación pide a todos que esta nueva unidad que ha dejado huella en las personas, les permita seguir trabajando juntos y, que la vuelta a la realidad, permitiese dejar atrás el estado de emergencia y desesperación; hacia un bien común y un sentido comunitario para convertirse en un 'nosotros' abierto a la fraternidad universal.
Con un deseo altruista inspirado por el amor infinito y misericordioso de Dios, podremos construir un mundo nuevo y ayudar a edificar el Reino de Dios, que es un Reino de amor, de justicia y de paz
Icónica imagen del Papa rezando solo en el Vaticano
Imágenes emblemáticas del momento en que el Papa aparece solo en el Vaticando rezando por todo el mundo ante la pandemia del COVID-19,