En un esfuerzo por endurecer la seguridad en la frontera entre Estados Unidos y México, el gobierno del presidente Donald Trump ha ordenado el despliegue de tropas y vehículos blindados en la región del oeste de Texas, específicamente en el área de Big Bend.
Esta acción tiene como objetivo fortalecer la vigilancia fronteriza, enfrentando tanto el cruce ilegal de inmigrantes como las actividades del crimen organizado.
El operativo, que comenzó el 13 de marzo, forma parte de los esfuerzos de la administración para cumplir con sus promesas electorales relacionadas con el control migratorio en el sur del país. El área de Big Bend, un parque nacional con vastos paisajes también ha sido afectada por esta medida.
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Despliegue de tropas y apoyo logístico
Un total de aproximadamente 200 soldados de la 4ta División de Infantería, provenientes de Fort Carson, Colorado, han sido enviados a la zona de Big Bend. Se espera que este número crezca a unos 500 efectivos en las semanas venideras, según información proporcionada por funcionarios militares en una rueda de prensa citada por Marfa Public Radio.
Los soldados, equipados con vehículos blindados Stryker, estarán trabajando en apoyo a la Patrulla Fronteriza, aunque su tarea principal será ayudar en la recopilación de inteligencia y monitoreo de la actividad fronteriza, en lugar de realizar arrestos.
El mayor Jared Stefani, comandante del batallón, explicó que el papel de las tropas será asistir a las autoridades federales en la recopilación de información necesaria para facilitar las labores de seguridad.
Big Bend: un parque nacional en el centro de la controversia
Big Bend National Park, que abarca más de 800,000 acres y es uno de los parques nacionales más visitados de Texas, se ha convertido en el epicentro de la operación.
En el último año, el parque recibió más de 560,000 visitantes, pero ha mantenido una relativa calma, sin una presencia militar significativa en las últimas décadas.
A pesar de que la Patrulla Fronteriza en la región ha reportado menos cruces ilegales que en otras áreas, con solo 165 encuentros en febrero, la llegada de tropas se intensificará.
Esta decisión ha generado críticas debido a la falta de justificación clara, dado que la actividad migratoria en la zona ha disminuido.