McDonald’s sigue siendo la cadena de restaurantes más exitosa del mundo, con presencia en todos los continentes habitados. Sin embargo, a pesar de su éxito global, los beneficios anuales de sus franquicias no son tan elevados como muchos podrían pensar.
Según expertos, la mayor fuente de ingresos de McDonald’s proviene de sus franquicias, no de sus propias tiendas. De hecho, la compañía recibe alrededor del 82% de los ingresos que los franquiciados pagan cada año.
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A pesar de estas grandes ganancias corporativas, los costos asociados con abrir una franquicia son bastante elevados.
La inversión inicial para abrir una tienda McDonald’s varía entre 1 millón y 2.2 millones, dependiendo de factores como el tamaño del local y la ubicación. Por ejemplo, en estados como California, los costos son mucho más altos que en lugares como Michigan.
Además, los franquiciados deben aportar entre el 40% y el 50% de esa inversión inicial con dinero propio o activos no financiados.
Los costos no se limitan a la inversión inicial. Para abrir una franquicia, los propietarios deben pagar una tarifa de 45,000 y un 4% de las ventas brutas mensuales. Además, deben cubrir el alquiler, que puede llegar a representar hasta el 10.7% de las ventas mensuales.
En total, estos costos pueden superar el 15% de las ventas mensuales, dejando una ganancia neta considerablemente baja.
Aunque las franquicias McDonald’s tienen un promedio de ventas anuales de aproximadamente 2.7 millones, el beneficio neto por tienda es solo de $150,000, lo que representa menos del 6% de las ventas.
En comparación, competidores como Chick-fil-A, que solo requieren una tarifa inicial de $10,000, generan ventas de $5.3 millones y un beneficio neto de $265,000 por ubicación.