Hobby dogging se convirtió en tendencia en este 2025 en las plataformas digitales por una razón clara: personas caminan por parques y calles sujetando correas sin animales visibles.
La escena de los dueños y sus mascotas imaginarias, difundida en clips breves y transmisiones caseras, llamó la atención por romper con lo esperado y por presentarse como una disciplina organizada, con reglas, rutinas y encuentros colectivos.
Hobby dogging
La propuesta toma elementos del adiestramiento tradicional y los traslada a un plano simbólico. Quienes participan realizan recorridos guiados, dan indicaciones verbales, simulan cuidados y completan circuitos de destreza usando implementos reales.
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Todo ocurre sin la presencia de un can tangible, lo que ha generado reacciones encontradas entre curiosidad, humor y cuestionamientos.
El movimiento comenzó en una comunidad del sur alemán durante el último tramo de 2025, impulsado por una especialista en conducta animal que abrió talleres para esta modalidad alternativa.
La iniciativa se expandió rápido gracias a videos que mostraban ejercicios coordinados y competencias amistosas, replicados miles de veces por usuarios de distintas edades.
Enfoque mental
Entre las razones que exponen los practicantes aparece la búsqueda de enfoque mental, alivio de tensiones diarias y preparación previa para adoptar una mascota.
Otros lo entienden como acompañamiento emocional tras una pérdida o como una forma de activarse físicamente sin asumir obligaciones a largo plazo. La ausencia de un ser vivo, dicen, elimina costos y responsabilidades.
El debate en redes no tardó en explotar. Mientras algunos celebran la creatividad y la libertad de la propuesta, otros la califican de innecesaria y fantasiosa.
Aun así, la cobertura internacional y la conversación constante sostienen su viabilidad y alimentan nuevos practicantes fuera de Alemania.
Con el paso de las semanas, el hobby dogging dejó de ser una rareza local para convertirse en un fenómeno observado por expertos en cultura digital.
