ACUARIOS

Sacrificarían a 30 ballenas beluga porque ya no tienen dinero para mantenerlas

El cierre financiero de este parque desató un debate nacional sobre la responsabilidad del estado, la legalidad del traslado internacional y la moralidad del sacrificio de mamíferos marinos en riesgo

¿Eutanasia para belugas?
¿Eutanasia para belugas?Créditos: internet
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El tema de los animales en cautiverio pone en problemas a Canadá tras el anuncio del parque Marineland, en Ontario, que enfrenta una crisis económica sin precedentes y ya no puede mantener a sus 30 belugas.

La administración del recinto ha advertido que, sin apoyo gubernamental, podría verse obligada a practicar la eutanasia a 30 belugas bajo su custodia. El caso ha generado una ola de indignación entre activistas, ciudadanos y expertos en bienestar animal.

Sacrificarían a 30 belugas

El conflicto estalló después de que el gobierno federal rechazara financiar la manutención de los cetáceos, alegando que los fondos de emergencia no deben destinarse a instituciones privadas.

La ministra de Pesca y Océanos, Joanne Thompson, reiteró que la ley canadiense prohíbe desde 2019 el uso de ballenas y delfines para fines recreativos, una norma que impide también la exportación de estos ejemplares a parques extranjeros.

La negativa frustró la solicitud de Marineland para trasladar a las belugas a un acuario en Zhuhai, China, opción que había sido presentada como su última alternativa.

El parque, que cerró al público en 2024 tras una serie de denuncias por maltrato animal, arrastra una reputación dañada por la muerte de al menos veinte mamíferos marinos en los últimos años.

'Nadan' en un mar de deudas

Las inspecciones oficiales confirmaron deficiencias en la calidad del agua y en las condiciones de confinamiento. Sin ingresos y con deudas crecientes, Marineland busca un comprador que pueda asumir el rescate de sus animales antes de agotar sus reservas financieras.

Organizaciones ambientalistas han pedido al Gobierno intervenir para reubicar a las belugas en santuarios oceánicos, una medida que podría ofrecer una salida ética y sostenible al conflicto.

Mientras tanto, el futuro de los cetáceos sigue siendo incierto y Canadá enfrenta un dilema que pone en cuestión su compromiso con la vida silvestre y el papel que deben tener los animales en cautiverio en la sociedad moderna.