ECONOMÍA

Buró de Crédito: ¿en qué casos es legal que lo consulten?; no es solo una 'lista negra'

Muchas personas creen que el Buró de Crédito funciona como una lista negra que castiga a quienes deben dinero

Escrito en GLOBAL el

Cuando alguien escucha Buró de Crédito, muchas veces piensa en una lista negra temida que persigue a quienes tienen deudas. Sin embargo, la realidad es muy distinta. De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), el Buró no castiga ni premia: simplemente recopila información de todos los créditos que una persona ha solicitado y cómo los ha pagado.

El Buró de Crédito es una Sociedad de Información Crediticia regulada por la ley, que integra datos de créditos bancarios, tarjetas departamentales, préstamos automotrices, hipotecas y hasta contratos de telefonía o televisión de paga.

¿Cuándo es legal que consulten tu Buró?

Según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), ninguna empresa o banco puede revisar tu historial sin tu consentimiento. Estos son los casos en los que sí pueden hacerlo, siempre con tu autorización:

  • Al solicitar un crédito en bancos, cajas de ahorro, cooperativas o casas de empeño reguladas.
  • En trámites de hipotecas o créditos automotrices, ya que las instituciones necesitan evaluar tu capacidad de pago.
  • Si pides una tarjeta de crédito o departamental, para verificar que seas un cliente confiable.
  • Cuando contratas servicios de telecomunicaciones o TV de paga, pues estas compañías también evalúan tu historial.
  • Al renegociar deudas o reestructurar pagos, los bancos consultan tu comportamiento previo.

Es importante destacar que el acceso a tu Buró no es automático, debe contar con tu autorización expresa y la información es totalmente confidencial.

¿Estar en el Buró es malo?

Un error común es pensar que aparecer en el Buró significa tener mala fama financiera. En realidad, todos los que cuentan con algún crédito están registrados, incluso quienes cumplen puntualmente.

Si pagas a tiempo, se convierte en tu mejor carta de presentación, pues te abre puertas a préstamos con mejores condiciones y tasas más bajas. En cambio, los retrasos frecuentes o el incumplimiento total pueden complicar tu acceso a futuros créditos.