Un evento privado de peleas de gallos en la localidad de Las Delicias, distrito de Paramonga, provincia de Barranca, Perú, terminó en tragedia el pasado 12 de octubre, cuando Jorge Luis Castillo Corzo, un reconocido criador de 55 años, murió tras ser atacado por uno de sus propios gallos. La noticia causó conmoción inmediata en redes sociales y entre la comunidad local.
Según los testigos y un video que circula ampliamente en plataformas digitales, Castillo se encontraba en el área de preparación de los animales cuando uno de los gallos, equipado con cuchillas metálicas en los espolones, lo atacó de manera repentina. El ave lo hirió directamente en la entrepierna, causando una profunda lesión que perforó la arteria femoral, provocando una hemorragia masiva.
Los presentes reaccionaron rápidamente para auxiliar al criador y lo trasladaron de emergencia al Centro de Salud 7 de Junio, sin embargo, los médicos no lograron detener la pérdida de sangre. Su fallecimiento fue confirmado poco después del ingreso, dejando consternados a familiares, asistentes y a la comunidad en general.
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El video del incidente, grabado por uno de los asistentes, muestra el ataque y la confusión que siguió, generando sorpresa y alarma en usuarios de redes sociales.
Las autoridades locales ya iniciaron una investigación para determinar las condiciones en que se desarrollaba la pelea y si el evento contaba con los permisos correspondientes. El caso reaviva el debate sobre la legalidad y seguridad de las peleas de gallos en varias regiones de Perú, donde, aunque son consideradas manifestaciones culturales tradicionales, su práctica implica altos riesgos para humanos y animales.
Las peleas de gallos combinan tradición, apuestas y competencia, pero también implican el uso de armas punzocortantes en los espolones, que pueden causar lesiones graves o fatales. Organizaciones de protección animal han denunciado los peligros de estos eventos, solicitando su prohibición definitiva y señalando la violencia y el estrés al que se somete a las aves.