Existen trastornos y deseos insólitos durante el embarazo que puede poner en riesgo la salud, como es el caso del ladrillo y otros objetos.
Durante el embarazo, algunas mujeres pueden experimentar deseos irresistibles de ingerir sustancias no comestibles como arena, tiza o pasta de dientes.
¿Es normal que las embarazadas se les antoje comer ladrillo?
Este comportamiento, conocido como pica, es un trastorno alimentario que puede tener graves consecuencias tanto para la madre como para el desarrollo del feto. Aunque parezca increíble, estos impulsos no son simples antojos, sino señales de una condición que requiere atención médica inmediata.
Te podría interesar
El término pica, también conocido como alotrofagia, abarca la ingesta de materiales que carecen de valor nutritivo, como tierra, hielo, jabón o yeso.
Según la psicóloga Patricia Valseca, especialista en trastornos de la conducta alimentaria, este síndrome suele manifestarse en el primer o segundo trimestre del embarazo. Para ser diagnosticado como pica, el consumo de estas sustancias debe mantenerse al menos por un mes y no estar asociado a prácticas culturales o etapas de desarrollo, como en los bebés que exploran objetos con la boca.
Las causas de la pica no son completamente conocidas, aunque se ha vinculado a déficits de nutrientes esenciales como hierro y zinc, así como a factores psicológicos, sensoriales o sociales.
Complicaciones graves
Este trastorno no solo implica riesgos psicológicos, sino que también puede provocar complicaciones médicas graves, como infecciones, intoxicaciones o problemas intestinales. Para el feto, las consecuencias incluyen bajo peso al nacer, prematuridad e incluso mortalidad perinatal.
El tratamiento para la pica comienza con una evaluación médica y psicológica integral. En caso de deficiencias nutricionales, se trabaja en su corrección, mientras que las causas psicológicas suelen abordarse con terapia y, en ocasiones, medicación. La supervisión médica es crucial para prevenir complicaciones y garantizar la seguridad de la madre y el bebé.
Por lo tanto, si se identifican deseos irresistibles de consumir sustancias extrañas como ladrillo, durante el embarazo, es fundamental buscar atención médica inmediata. Este trastorno, aunque inusual, puede controlarse eficazmente con un diagnóstico y tratamiento adecuados, protegiendo tanto a la madre como al futuro bebé.