La película ‘El muñeco diabólico’, que introdujo al icónico Chucky, está rodeada de una historia real perturbadora que involucra un asesinato.
Aunque el filme en sí y sus personajes no tuvieron influencia directa en los hechos, una de las frases del juguete protagonista y ciertos fragmentos del metraje jugaron un papel inquietante en el secuestro, tortura y eventual muerte de una adolescente de 16 años, Suzanne Capper, en 1992 en Manchester, Inglaterra.
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Este trágico suceso llevó a los medios a responsabilizar al cine de terror de inspirar actos de violencia.
Suzanne, quien cuidaba de una mujer llamada Jean Powell, encontró refugio en su hogar debido al ambiente hostil que vivía en su casa, marcada por el divorcio de su madre y su padrastro.
Descrita como una joven amable y manipulable, Suzanne cayó en las garras de estos individuos, quienes la sometieron a brutales torturas que incluían el uso repetido de fragmentos de ‘Chucky’.
El 7 de diciembre de 1992, Suzanne fue atraída a la casa de Powell, donde fue secuestrada y mantenida cautiva.
Pocos días después, su cuerpo fue hallado, aunque logró identificar a sus captores y proporcionar detalles sobre las torturas que sufrió antes de fallecer el 18 de diciembre.
Durante su cautiverio, la sometieron a una serie de abusos, incluyendo el uso de drogas y la imposición de escuchar repetidamente la frase ‘Hi, I'm Chucky, Do you wanna play?’ a gran volumen.
La policía, al investigar el caso, concluyó que no había pruebas suficientes que vincularan la película a las acciones de los agresores; su participación en el crimen se consideró anecdótica.
Aunque se afirmaba que no se podía probar una conexión directa, la prensa buscó conexiones que no fueron relevantes para el caso, como un libro de Stephen King encontrado en la casa de los secuestradores.
En última instancia, la cobertura mediática del asesinato de Suzanne Capper se centró más en ‘El muñeco diabólico’ que en las verdaderas motivaciones detrás de este cruel acto, que quedaron sin aclarar y fueron relegadas a conjeturas sobre la relación de los agresores con la víctima, quienes fueron condenados a prisión.