La votación anticipada en Texas, que comenzó el 21 de octubre, ha traído más obstáculos que soluciones para muchos residentes. A pocos días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, ciudadanos de Texas expresaron su frustración con el proceso, enfrentándose a inconvenientes que les impidieron ejercer su derecho al voto.
Uno de los problemas más repetidos es el registro incompleto de votantes, como lo vivió Hannah Murry, una estudiante de 21 años.
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A pesar de completar su proceso de registro y entregarlo a un voluntario en su universidad, al llegar al centro de votación descubrió que no aparecía en el padrón electoral.
La experiencia de Murry refleja la situación de muchos texanos, quienes, tras seguir los pasos de registro, encuentran que sus solicitudes no fueron correctamente procesadas.
Investigaciones señalan que Texas, uno de los estados que aún depende de formularios en papel, enfrenta problemas con el procesamiento de registros, lo que impide que algunos votantes elegibles puedan ejercer su derecho.
Los registros en papel aumentan el riesgo de errores y dificultan la gestión eficiente de las solicitudes, especialmente en períodos electorales.
Además, los errores en la documentación y la falta de comunicación entre votantes y autoridades electorales son recurrentes.
Los voluntarios encargados del registro enfrentan dificultades para garantizar que todas las solicitudes sean procesadas correctamente, y la sobrecarga de trabajo en época de elecciones aumenta la probabilidad de errores.
Este escenario deja a los texanos en una situación de incertidumbre y cuestiona la efectividad del sistema de votación anticipada en el estado, motivando llamados a la modernización del sistema de registro para garantizar la transparencia y el acceso de los votantes.