Una de las estampas más icónicas, y trágicas, que conocemos del país estadounidense es sin duda alguna los tiroteos escolares; sin embargo, de algunos años hacia acá no solamente suceden en las escuelas.
También suceden en centros comerciales, plazas públicas o cualquier lugar donde se junten personas, se vuelve un lugar propicio para los terroristas que por medio de las armas de fuego infunden dolor y, sobre todo, miedo.
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Este debate se ha mantenido desde hace muchos años en Estados Unidos, e involucra a los conservadores y los liberales o, dicho de otra forma, los republicanos contra los demócratas.
Trata acerca de la famosa Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos de América que establece y reconoce el derecho de comprar, poseer y portar armas con fines de defensa o entretenimiento.
Sin embargo, precisamente es esta libertad la que ocasiona que se consigan armas con tanta facilidad; que los jóvenes puedan, sin mediar mucha investigación, tener sus primeras armas de fuego desde muy jóvenes.
En su mayoría, los jóvenes, son los responsables de estos tiroteos escolares que ahora se han extrapolado hacia plazas públicas, centros comerciales; etcétera.
Y también se ha culpado a los videojuegos o a una falta de crianza por parte de los padres o a un desfase socio emocional en las personas que han realizado estos atentados; sin embargo, no ha sido nada concluyente.
Lo que sí se ha permanecido en el ojo del huracán en los juicios que han intentado promover las culpas hacia la Asociación Nacional del Rifle –NRA, por sus siglas- es precisamente esta industria con su producción, distribución y venta libre de armas a cualquier ciudadano estadounidense.
Foto: internet
Con la polémica nuevamente encendida por los recientes tiroteos en la Universidad de Michigan y, ahora en este día, en el Mall Cielo en El Paso, Texas, muchas personas están exigiendo soluciones a las autoridades estadounidenses.