En Brasil, un joven estudiante sin recursos económicos se logró graduar gracias a los libros que su madre recolectaba de la basura.
La voluntad férrea y la fe puede hacer que un sueño que parece imposible, se vuelva la más bonita de las realidades.
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Los libros que su madre recolectaba de la basura
En este país. como en gran parte de Latinoamérica, para un sector amplio de la población no puede asistir a la escuela porque requiere un gran esfuerzo económico y representa un problema en la vida familiar.
Prácticamente, estudiar significa un gran desafío. Así fue la vida de estudiante de Thompson Vitor, un joven brasileño proveniente de un hogar con muchas carencias económicas, pero que gracias a su ímpetu y al apoyo de sus padres, logró graduarse.
A los 15 años, Vitor soñaba con seguir estudiando pero la pobreza de su familia le impedía concretar su sueño.
Tal parecía que su deseo de vida era una batalla perdida, sin embargo, Thompson no estaba dispuesto a abandonar lo que se había fijado como una meta personal.
Le gustaba estudiar, pero no había dinero
De acuerdo a la página de información de Dicas Online, el joven descubrió que estudiar era muy fascinante para él y tras aprobar el curso de Multimedia en el Instituto Federal de Rio Grande do Norte, debido a la difícil economía de su familia, prácticamente no podría proseguir sus estudios.
Pero Vitor decidió que no se rendiría, y empezó a despertarse todos los días a las 5 de la mañana para conducir su bicicleta durante 6 kilómetros hasta la escuela, con el objetivo de ahorrar el dinero que gastaba en el camión de pasaje.
Su madre, Doña Rosangela, quien es una recolectora de basura, decidió guardar los libros que durante su diario andar encontraba entre los deshechos y vertederos de basura, para dárselos a su hijo y de esa manera, él pudiera estudiar sin gastar.
Thompson aprovechó de maravilla los textos, que aunque lucían maltratados y algunas páginas casi no podían leerse, eran la alternativa para tener acceso al estudio.
¡Logra graduarse!
Cada libro que su madre le obsequiaba le servía para incrementar sus conocimientos. El gusto del joven por la lectura y el estudio constante hacía que considerara esos libros como un verdadero tesoro.
Finalmente, y con la ayuda de maestros que veían si esfuerzo, Vitor logró graduarse del instituto. Sus padres, quienes ni siquiera habían terminado la primaria, estaban orgullosos de su hijo por su desempeño académico.
Gracias a los textos que su madre tenía la fortuna de encontrar y llevar a casa, su hijo pudo cumplir sus metas.
Doña Rosangela dijo emocionada"
“La basura de algunos es el tesoro de otros“.
Los libros que su madre recolectaba de la basura con los que Vitor logró graduarse serán el mejor de los recuerdos del sacrificio que él y Doña Rosangela guardarán por siempre en el corazón.