MISTERIOS

Tamaulipas: ¿por qué no hay que barrer de noche?; esto dice el mito

Esta mezcla de tradición, historia y ciencia mantiene vigente un hábito que ha cautivado y advertido a generaciones

Escrito en ESTADO el

En Tamaulipas, como en muchas regiones de México, la vida cotidiana está marcada por dichos, creencias y supersticiones que se transmiten de generación en generación. Una de las más conocidas en los hogares tamaulipecos es aquella que advierte: “nunca hay que barrer de noche”.

Aunque pueda parecer un mito inofensivo, esta práctica tiene raíces históricas, culturales e incluso implicaciones de salud, que podrían explicar por qué todavía se mantiene vigente.

Orígenes históricos de la superstición

La creencia tiene su origen en la Edad Media europea, cuando los patrones no querían que la servidumbre barriera de noche para no gastar velas y hacer ruido al mover muebles. El castigo por desobedecer se convirtió en sinónimo de “mala suerte”.

Con el tiempo, la idea se adaptó en distintas culturas. En África occidental, se decía que barrer de noche no solo eliminaba el polvo, sino también la fortuna del hogar. En India, se creía que barrer después del atardecer alejaba a Lakshmi, la diosa de la riqueza y la prosperidad.

La superstición en México y Tamaulipas

En México, la advertencia llegó como un recordatorio: “si barres de noche, te llevas la suerte de la casa”.

Además, la escoba se vinculó con las brujas en las historias contadas por los abuelos, usadas para asustar a los niños y evitar que salieran tras el anochecer.

Más allá de la superstición: razones de salud

Expertos señalan que barrer de noche puede afectar la salud. Al barrer, se levanta polvo invisible que permanece en el aire, lo que puede dificultar la respiración y alterar la calidad del sueño.

Esto es especialmente relevante en personas con asma, alergias o problemas respiratorios, comunes en ciudades fronterizas de Tamaulipas donde la contaminación y el polvo forman parte del entorno diario.

La recomendación de los especialistas es esperar hasta el día siguiente para limpiar o, de preferencia, utilizar aspiradoras o trapeadores que levanten menos polvo, combinando así tradición y bienestar.