Hace 34 años, Mark Kilroy, un joven de 21 años originario de Estados Unidos, desapareció durante las vacaciones de Spring Break en 1989, para ser hallado semanas después, descuartizado en Matamoros, Tamaulipas.
El caso recuerda un poco a lo sucedido hace casi dos semanas en aquella ciudad fronteriza, cuando cuatro estadounidenses cruzaron la frontera y dos de ellos perdieron la vida a causa de la inseguridad causada por el crimen organizado que impera en la localidad.
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El sanguinario asesinato de Kilroy, adjudicado a una banda criminal conocida como Los Narcosatánicos, fue un parte aguas en la relación entre Estados Unidos y la ciudad de Matamoros. Clemente Rendón, cronista local, plantea:
(El asesinado) causó muchos problemas y sigue causándolos. Para Texas es importante destacarlo porque así los estudiantes no van a Matamoros.
Así ocurrió el asesinato de Mark Kilroy
Según el historiador, el caso del estadounidense marcó la historia de la ciudad debido a la manera en que fueron encontrados sus restos, pues el joven fue desmembrado, supuestamente con el fin de hacer un ritual satánico.
Los restos del joven estudiante, así como los de otras víctimas, fueron encontrados en un rancho cerca de Matamoros. Según los reportes de las autoridades, las víctimas habían sido sacrificadas en una especie de ritual de santería y su sangre fue bebida por los narcotraficantes que les secuestraron.
El asesinato de Kilroy causó conmoción en todo México así como en Estados Unidos y fue objeto de innumerables historias y mitos, e incluso se escribieron libros. Su asesinato también cambió las vacaciones de Spring Break para una generación de estudiantes universitarios que no olvidaban la horrible tragedia.
Tal parece que la situación de violencia en Matamoros no tiene remedio, pues desde el caso de Mark Kilroy en 1989, hasta la actualidad, la localidad fronteriza sigue estando marcada por el crimen y la violencia.