Las historias de Al Capone y el tamaulipeco Juan N. Guerra, ambos poderosos jefes del narcotráfico, se entrelazan en cierto momentos de sus carreras delictivas. Así fue la relación de estos poderosos jefes del crimen organizado.
Juan Nepomuceno Guerra Cárdenas, comenzó sus operaciones como jefe criminal desde 1920. La habilidad del personaje coincidió con las leyes de prohibición del consumo de alcohol en Estados Unidos.
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Al Capone y Juan N. Guerra
Nepomuceno Guerra vio una oportunidad única ese veto legal del gobierno norteamericano y comenzó a traficar whisky hacia Estados Unidos de forma ilegal, a través de lanchas que cruzaban el Río Bravo para llegar a los ansiosos bebedores que esperaban en masa dentro de bares clandestinos de Texas y otros estados de la Unión Americana.
Para aquellas fechas, Alphonse Gabriel Capone, mejor conocido en el mundo del hampa como Al Capone, era quien encabezaba la mafia en EE. UU., y a quien la ley seca que estuvo vigente entre el 17 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933 también le proporcionó la oportunidad de un negocio millonario.
Esto lo llevó a buscar contactos al sur de la frontera con México y logró establecer contacto con Don Juan N. Guerra, fundador de lo que posteriormente sería el cártel del Golfo.
Capone fue un gángster de origen italiano y nacido en Nueva York que se convirtió en una figura prominente durante la era de la prohibición en Estados Unidos.
El mafioso fue conocido por su liderazgo en la mafia de Chicago y por estar involucrado en una serie de actividades criminales, incluyendo la extorsión, el juego ilegal, asesinatos y sobre todo el contrabando de alcohol, la actividad que más ingresos le generó y en la que Nepomuceno fue uno de sus socios más importantes del lado mexicano.
La notoriedad del capo de origen italiano creció a medida que controlaba gran parte del tráfico de alcohol ilegal en Chicago y se convirtió en un símbolo del crimen organizado en la década de 1920.
Al mismo tiempo, en Tamaulipas ‘Don Juan’ aprovechaba sus conexiones políticas e influencias para trabajar en el contrabando de alcohol; aún no se dedicaba al trasiego de droga como cocaína, marihuana.
Haciendo equipo con Capone, el llamado ‘Padrino de Matamoros’ obtuvo gigantescas ganancias como traficante de licor y tabaco, hasta llegar a controlar toda la actividad criminal y los bares de la zona fronteriza de Matamoros.
Juan, en compañía de sus hermanos Arturo y Roberto, durante más de 10 años traficaron tequila, whisky y cerveza a la Unión Americana.
Finalmente, la ley seca fue derogada hasta 1933, y Nepomuceno Guerra se inclinó a otras actividades criminales como el control casas de apuestas, la trata de personas y el robo de automóviles.
En la década de los setenta el cártel del matamorense incursionó en el tráfico de drogas duras, aceptando la propuesta de su sobrino Juan García Ábrego, el posterior fundador del Cártel del Golfo.
Juan N. Guerra controló su cártel hasta que murió, en 2001, sin haber pisado nunca una prisión.
Por su parte, después de su periodo de gloria y poder, Capone fue condenado por evasión de impuestos federales y sentenciado a prisión, donde pasó parte de su condena en la tristemente célebre prisión de Alcatraz.
La caída de Al Capone en el mundo oscuro del crimen se debió a la presión de las autoridades federales y a que lograron capturarlo por evasión de impuestos.
Cuando fue liberado, su salud estaba muy deteriorada y finalmente murió en 1947. Su vida ha sido contada películas, libros y programas de televisión, convirtiéndolo en un mito del crimen en Estados Unidos.