Gloria Grahame fue una de las actrices más fascinantes y complejas del Hollywood clásico, conocida por su talento en filmes noir como "Cautivos del mal" y "El extraño" por el que ganó un Óscar y también por su turbulenta vida personal que desató controversia en su época y sigue siendo tema de interés hoy.
Pero uno de los capítulos más impactantes de su vida ocurrió en los años 60, cuando, tras divorciarse de su segundo esposo, el director Nicholas Ray, decidió casarse con Anthony Ray, su hijastro, quien era 14 años menor que ella.
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La relación comenzó cuando Gloria se unió en matrimonio con Nicholas Ray en 1948, y Anthony, hijo del director, se convirtió en parte de su familia.
Sin embargo, la dinámica familiar cambió radicalmente cuando Gloria y Nicholas se divorciaron en 1952, ya que este descubrió a su esposa manteniendo relaciones sexuales con su hijo.
Pocos años después, en 1960, Gloria y Anthony sorprendieron a Hollywood y al público al anunciar su matrimonio.
Este enlace generó una gran polémica, no solo por el hecho de que Anthony era su hijastro, sino también por la diferencia de edad y las normas sociales de la época, mucho más conservadoras. Para muchos, esta unión era una ruptura de tabúes y estereotipos, y para otros, un escándalo.
Gloria siempre defendió su derecho a buscar la felicidad donde la encontrara. Durante su matrimonio con Anthony, que duró varios años, ambos intentaron construir una familia, aunque con los desafíos propios de una relación poco convencional y las presiones de la opinión pública.
La actriz continuó su carrera en cine y televisión, aunque con altibajos, mientras lidiaba con sus complicadas relaciones personales.
Su vida estuvo marcada por amores intensos y decisiones audaces, como aquella que la llevó a casarse con su hijastro, un hecho que aún hoy despierta curiosidad y debate.
Gloria Grahame murió en 1981, dejando un legado artístico y una historia personal llena de matices que ilustran la complejidad de las figuras detrás de la pantalla.