El nieto del emblemático Mario Moreno Cantinflas, Gabriel Moreno Bernat ha pasado por momentos y episodios difíciles que lo han marcador de lleno, lejos de los reflectores y los privilegios que su abuelo le legó.
Nacido hijo de Mario Arturo Moreno Ivanova y Sandra Bernat, Gabriel entró en el mundo de las drogas desde muy temprana edad.
A los 16 años, dio a conocer públicamente que su propio padre lo introdujo al consumo de drogas con la intención de hacerlo “hombre”.
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Esta acción, lamentablemente, sería el inicio de una espiral de abuso de sustancias que afectaría profundamente su vida.
Las adicciones de Gabriel, en las que destacaron drogas como cocaína, marihuana, LSD y piedra, lo sumergieron en una lucha interna constante.
La muerte de su padre en 2017 hizo que la situación se hiciera más grave, dado que la relación con su progenitor había sido complicada, lo que dejó una herida profunda en él.
No obstante, la fuerza para salir de este túnel oscuro llegó por medio de un inesperado aliado: el ex campeón mundial de boxeo, Julio César Chávez.
En octubre de 2021, Gabriel ingresó a las clínicas de rehabilitación del campeón Chávez, donde, gracias al apoyo de los especialistas pudo salir adelante pero desafortunadamente en el 2024 la trágica muerte de su madre en 2024 lo sumió de nuevo en la adicción.
Va en busca de su herencia
Actualmente Gabriel se encuentra en la ciudad de Culiacán, donde continúa luchando con el apoyo de Narcóticos Anónimos y como creador de contenido en redes sociales.
También tratará de aprovechar un dinero destinado para él por la herencia de su madre, así como un departamento en la Ciudad de México que planea poner en renta.
No obstante, el joven está luchando por obtener lo que por derecho le corresponde de la herencia de su abuelo, Mario Moreno Cantinflas, la cual, se encuentra en posesión de Tita Marvez, viuda de su padre.