Netflix está aprovechando el tema de los asesinos seriales, después del reciente éxito con la serie de Jeffrey Dahmer ha traído una nueva película que está causando revuelo con su trama, se trata de Charles Cullen, otro de los más grandes asesinos seriales en la historia de Estados Unidos.
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El llamado "Ángel de la muerte", fue Charles Cullen, un hombre dedicado a la enfermería que asesinó a un estimado de 400 personas a lo largo de su vida laboral. El hombre aprovechaba su trabajo para administrar diversas dosis letales de fármacos a sus pacientes entre los años de 1988 a 2003.
De manera sorprendente, el hombre no fue atrapado a lo largo de 15 años, en los que suministro fármacos a sus pacientes en secreto, trabajó en nueve hospitales y fue hasta el último de ellos cuando las autoridades sospecharon su culpabilidad sobre la muerte de los pacientes en las unidades médicas donde trabajaba.
Charles no atacaba a sus víctimas con armas de fuego, armas blancas o drogas como otros asesinos, sino que él de manera inteligente aprovechaba que tenía acceso a fármacos como digoxina o insulina, mismos que de ser suministrados en altas cantidades causan la muerte.
Su primera víctima
La primera víctima de "El Ángel de la Muerte" fue John Yendo, un juez que se presentó en el hospital St. Barnabas por una reacción alérgica a un fármaco, fue su primera víctima en 1988. Charles le suministró una sobredosis letal de medicación intravenosa.
Desde aquel primer caso, Charles encontró el método que utilizaría para dar muerte a cientos de personas, tomaba los fármacos de las instalaciones del hospital y los suministraba a sus víctimas, y aunque sus empleadores tenían sospechas, nunca se comprobó nada y simplemente se le despedía.
Para Charles, era fácil encontrar nuevos empleos debido a que en aquellos años había escasez de enfermeros. Las sospechas contra el "ángel de la muerte” comenzaron a tomar fuerza cundo en 1998, un médico forense, que examinó a un hombre fallecido por una sobredosis, comenzó a sospechar de que algo raro sucedía en el centro médico de Pensilvania.
Es atrapado
Fue en el 2003 cuando use emitió una alerta por el Sistema de Educación e Información sobre Envenenamientos de Nueva Jersey, donde se advertía que un empleado provocó la muerte de cuatro pacientes por sobredosis.
Los asesinatos de Charles terminaron hasta el 2006, cuando el asesino fue detenido y después de un juicio le sentenciaron a once cadenas perpetuas, quedando inelegible para libertad condicional.
Actualmente, cumple prisión en una cárcel de Nueva Jersey. Su caso provocó la promulgación de una ley, que obliga a los centros médicos a reportar errores en los tratamientos de los pacientes y ser más rigurosos en la contratación de personal.