ESCÁNDALOS

Detienen a exseleccionado de México por conducir ebrio; ya tenía antecedentes | VIDEO

No es la primera vez que enfrenta este tipo de incidentes, los cuales han marcado su carrera desde que dejó la élite del fútbol profesional

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El nombre de Carlos “Gullit” Peña alguna vez fue sinónimo de entrega, talento y goles; hoy vuelve a ser tendencia, pero no por un regreso al fútbol, sino por haber sido detenido una vez más por conducir en estado de ebriedad.

Este lunes 1 de julio, elementos de Tránsito Municipal de León arrestaron al exseleccionado nacional mientras conducía un Mini Cooper negro haciendo maniobras peligrosas, derrapando y acercándose a las banquetas, según el parte oficial.

La detención ocurrió en la colonia El Coecillo, en el cruce de la calle San Cayetano y el bulevar Vicente Valtierra.

Al ser interceptado, los agentes notaron aliento alcohólico y solicitaron el alcoholímetro. El resultado fue claro: 2.0 gramos de alcohol por litro en sangre, lo que equivale a un estado de “ebriedad completa”. Por tratarse de una falta grave que no se resuelve con multa, el “Gullit” fue remitido a los separos de la Delegación Norte, donde deberá cumplir 20 horas de arresto. Su vehículo fue llevado al corralón.

No es la primera vez

En enero de 2017, cuando aún jugaba con el Club León, ya había sido detenido por un incidente similar. En esa ocasión protagonizó un choque en el bulevar López Mateos y se le detectó “ebriedad incompleta”.  Fue liberado pocas horas después, con intervención del club.

Carlos Peña, hoy de 35 años, fue pieza clave en el ascenso del León en 2012 y en los campeonatos del Apertura 2013 y Clausura 2014. Su rendimiento lo llevó a ser parte de la Selección Mexicana en el Mundial de Brasil 2014.

Pero tras su paso por Chivas, su carrera cayó en picada por constantes actos de indisciplina.

Pasó por clubes en Escocia, Honduras, El Salvador, Emiratos Árabes, Guatemala y hasta Siria. Su talento era evidente, pero el control fuera del campo fue siempre su punto débil. Aunque no se ha retirado oficialmente, no juega un partido profesional desde hace más de un año.

¿Una última oportunidad?

Hoy, su arresto lo vuelve a colocar bajo el reflector, pero no por su fútbol, sino por una conducta reincidente. Su historia, que alguna vez ilusionó a toda una afición, se ha convertido en una advertencia sobre el peso de las decisiones fuera de la cancha.