Los barberos tienen una historia sorprendente, única y sangrienta que muchos desconocen. Y lo más insólito es que está profundamente ligada a las serpientes, criaturas míticas que a lo largo de los siglos han sido un símbolo unido a la medicina y la salud.
Esta conexión no es solo simbólica: forma parte del origen mismo de una de las profesiones más antiguas del mundo; estos itinerantes viajeros ofrecían sus servicios de pueblo en pueblo que eventualmente evolucionó de una manera sorprendente.
En la Edad Media, los barberos eran mucho más que estilistas; en un tiempo donde los médicos escaseaban y la medicina estaba llena de suposiciones, ellos cumplían funciones esenciales como realizar sangrías, extraer dientes, curar heridas e incluso llevar a cabo pequeñas cirugías.
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Al llegar, se identificaban colocando un poste de madera fuera de su tienda de campaña; en este objeto colgaban las vendas ensangrentadas utilizadas en sus procedimientos; así, nació un emblema que aún perdura. Este poste rojo y blanco se convirtió en el símbolo indiscutible de su oficio.
Eventualmente, el poste de barbería evolucionó y se convirtió en una lámpara cilíndrica con franjas rojas, blancas y azules que giran en el exterior de sus negocios.
La evolución de este emblema incluye la sangre representada por el color rojo; el blanco de las vendas limpias y, posteriormente, se incorporó el color azul, pues hacia principios del siglo 18 debían distinguirse de los cirujanos; en países como Inglaterra, comenzaron a separarse formalmente ambas profesiones.
Pero, más allá de los colores, la disposición en espiral de estas franjas es lo que realmente destaca, evocando la imagen de una serpiente enroscada y hay que decir, esta similitud no es una mera coincidencia.
Desde el antiguo Egipto, la serpiente ha sido imagen representativa de la medicina; son un signo de curación y renovación. El bastón de Asclepio, aún vigente como emblema médico, muestra una serpiente enrollada en una vara, representando la medicina, el poder regenerativo y el conocimiento oculto.
Por eso, en el poste de barbería encuentras una herencia visual que relaciona a este oficio con la salud, la estética y la tradición de muchos pueblos.
También, hay una conexión trascendental entre los barberos tradicionales y los encantadores de serpientes; la cual no solo es visual, sino también funcional. Ambos dominan un arte que requiere precisión, nervios de acero y una relación íntima con sus herramientas. Uno controla el filo; el otro, el veneno. Ambos caminan sobre una delgada línea entre lo estético y lo vital.
De la misma manera, el movimiento hipnótico del poste giratorio crea una ilusión que recuerda el desplazamiento sinuoso de las serpientes; es este giro constante que atrae las miradas y ofrece una sensación casi mágica que conecta al espectador con siglos de historia y significados ocultos.
Aunque en la actualidad los barberos no practican sangrías ni extracciones dentales, el poste continúa girando en la ventana de estos locales como un testimonio silencioso de su evolución. Pocos símbolos han conservado con tanta claridad, la memoria de su origen.
La próxima vez que veas uno de estos postes giratorios, detente un segundo. Ahí está, enroscada en colores y en historia, la serpiente que une belleza, medicina y misterio.
Cuando veas de nuevo este poste de colores blanco, azul y rojo, recuerda que detrás de su simple diseño hay una historia mítica y un legado asombroso de vida y de sabiduría ancestral.