La tradición culinaria de la Nochebuena se mantiene viva en los hogares de Nuevo Laredo, donde año con año las familias se reúnen alrededor de la mesa para celebrar la Navidad. Aunque el pavo continúa presente como un platillo clásico, los tamales siguen posicionándose como la opción preferida por gran parte de los neolaredenses para la cena del 24 de diciembre.
De acuerdo con comerciantes locales y familias consultadas, los tamales destacan por su sabor, practicidad y arraigo cultural. En promedio, una familia elabora al menos 12 docenas, con un gasto aproximado de 800 pesos, cantidad suficiente para convivios familiares y reuniones extendidas durante la Nochebuena y el recalentado del día siguiente.
El pavo, por su parte, se mantiene como una alternativa tradicional, principalmente en familias de mayor tamaño.
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Preparar este platillo representa una inversión mayor, ya que el gasto promedio para una familia de seis a ocho personas ronda los 1,200 pesos, sin contemplar los complementos, el relleno y el postre, lo que posiblemente eleva el precio a los 2 mil pesos o poco más.
Comerciantes del sector alimenticio señalaron que durante los días previos a la Navidad se registra un incremento considerable en la venta, tanto de los complementos para elaborar tamales como de pavos crudos, lo que refleja que estas costumbres continúan firmes en los hogares de la ciudad.
Además de estos platillos, otras opciones también se abren paso en las mesas navideñas. En una encuesta publicada en redes sociales de El Mañana, usuarios comentaron que la carne asada y el pozole figuran entre los alimentos más antojados para estas fechas. “Pues ya llevo 25 años aquí, y lugar donde fueres, haz lo que vieres, una carnita asada”, comentó Totoy Barcha.
“Nuestra familia cada año el 24, prepara una olla de pozole y una vaporera de tamales, ya es tradición y ahora con los precios contemplamos unos 3 mil pesos para la cena y nos queda recalentado”, compartió Elizabeth de Reyna.
Entre hojas de maíz, salsas, pozole humeante y el aroma del pavo horneado, los neolaredenses celebran la Navidad con platillos que forman parte de su identidad, priorizando la convivencia familiar y el compartir alrededor de la mesa.
