Como cada martes y jueves, Óscar Gerardo Orozco Zúñiga, integrante de la iglesia Alcance Victoria, llega puntual a la Plaza Insurgentes para compartir el pan y la sal con los familiares de los pacientes del Hospital General (IMSS-Bienestar) y con quienes viven en situación de calle.
Su presencia constante es muestra de gratitud y compromiso, pues asegura que esta labor es parte de la promesa que hizo tras superar el covid en los momentos más difíciles de la pandemia.
“Aquí estamos cada semana compartiendo los alimentos con todas las personas; la gente ya sabe que estamos aquí, ya nos conoce. No sólo se les brinda comida, sino también se les nutre el espíritu”, expresó Orozco Zúñiga, mientras entregaba un plato caliente y palabras de aliento a quienes se acercaban.
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Durante estos cinco años de trabajo solidario, a esta causa se han sumado dos congregaciones más: la Iglesia Emmanuel y Piedra Angular, con lo que se ha logrado extender la ayuda a más familias necesitadas.
Hoy, Óscar Orozco da testimonio de vida. Reconoce que, tras vencer la enfermedad, encontró un propósito claro: servir y ayudar a los menos favorecidos. Su ejemplo se ha convertido en un recordatorio de que la fe y la empatía pueden transformar vidas.
