En el siglo IV existía una gran confusión sobre cuándo celebrar esta fecha, ya que se utilizaban diferentes cálculos. En el año 325 en el Concilio de Nicea se establecieron ciertas pautas: debía ser un domingo, no podía coincidir con la Pascua Judía y no se podía celebrar dos veces en un año. Pero como la confusión se mantenía, el monje matemático Dionisio el Exiguo en el año 525 halló un método efectivo: la luna llena
Tras una histórica discrepancia, este monje, creador de la era cristiana o Anno Domini, convenció a los romanos de las bondades del cálculo alejandrino para que la fecha del domingo de Pascua tuviera lugar el domingo siguiente a la primera luna llena, tras el equinoccio de primavera del hemisferio norte (otoño en el sur).
Raíz astronómica
La fecha en cuestión varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril y siempre coincide con la luna llena.
Muchas fechas religiosas católicas tienen su origen en la adaptación de celebraciones profanas con raíz astronómica y están relacionadas a menudo con los cambios de estación.
Durante el Renacimiento se compilaron tablas para calcular la fecha, algunas de ellas en función del número áureo (un irracional con muchas propiedades interesantes al que se le atribuye importancia estética e incluso mística).
Matemáticas y luna llena
En la actualidad, para la fecha exacta de cada año existen varios métodos, hasta se han generado tablas de cálculo con este fin. Posiblemente, el más sencillo es el conocido como algoritmo de Gauss, que permite calcular la fecha de la Pascua mediante cinco operaciones sencillas.
La Semana Santa se rige por el año litúrgico que, por tradición, se ajusta al ciclo lunar que tiene meses de 28 días y no al año solar, con algunos días más de diferencia. La Pascua tiene un origen judío, y se trataba de una festividad agraria que se celebraba cuando se producía la primera luna llena tras el equinoccio de primavera.
Podría interesarte: Domingo de Pascua: iglesias vacías y un papa solo en el Vaticano
Los griegos y egipcios ya comían pequeños pasteles o bollos durante esta fecha. Lo hacían para venerar a sus dioses. Se cree que estos pasteles decorados con una cruz simbolizaban la Luna y sus cuartos, mientras que los cristianos los resignificaron como la crucifixión.
Algo similar ocurre con el Pésaj, la Pascua judía, que comenzó con la puesta de sol del viernes 19 de abril y concluirá al anochecer del 27 de abril. Celebra la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto y el éxodo o los 40 años por el desierto en camino hacia una tierra donde vivir como nación libre.
Para fijar la fecha de esta conmemoración religiosa, la tradición judía utiliza un almanaque lunisolar. Se trata de un calendario que se basa tanto en el ciclo que realiza la Tierra alrededor del Sol, como el que describe la Luna alrededor de la Tierra, fundado en un complejo algoritmo que permite predecir las fechas exactas de luna nueva, así como las distintas estaciones del año mediante cálculos matemáticos y astronómicos.
En este sentido, la Pascua judía se celebra desde la puesta de sol del 14 del mes hebreo de Nisán, hasta ocho días después. Nisán es un mes del calendario judío que se corresponde, aproximadamente, con la segunda mitad de marzo y la primera de abril de nuestro calendario civil o gregoriano.