HALLAZGOS URBANOS

'Dead Drops': ¿Te has topado con memorias USB incrustadas en las paredes?, ¿para qué sirven?

El intercambio clandestino de archivos llegó a México y se encuentra en varias ciudades; hay más de 2,310 USB repartidas por diversos rincones del mundo

Los 'Dead drops'
Los 'Dead drops'Créditos: internet
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En los últimos años, una iniciativa peculiar ha estado ganando terreno en el mundo digital: los "Dead Drops", un sistema de intercambio anónimo de archivos que desafía las convenciones de la conectividad en línea.

Originado por el artista alemán Aram Bartholl hace más de una década en las calles de Nueva York, esta red clandestina ha extendido sus raíces hasta llegar a tierras mexicanas.

'Dead Drops', los USB en las paredes

Con la simple premisa de compartir archivos sin necesidad de una conexión a Internet, Bartholl incrustó memorias USB en paredes, muros y árboles de la Gran Manzana en 2008. Esta acción no solo desafió los límites de la propiedad digital, sino que también abrió las puertas a un mundo de posibilidades para aquellos que buscan compartir información de manera anónima y libre.

El concepto detrás de los "Dead Drops" ha resonado a lo largo de los años, con una red que se ha expandido a nivel global. Según el portal web del autor, hay más de 2,310 USB repartidas por diversos rincones del mundo, desde las calles de Nueva York hasta los callejones de Tokio.

En México, esta iniciativa ha encontrado su hogar con 40 "Dead Drops" distribuidas principalmente en el centro del país. Nueve de ellas residen en la bulliciosa Ciudad de México, mientras que otras ciudades como Querétaro, Monterrey, Tijuana, Guadalajara y Puebla albergan su propia colección de estos puntos de intercambio clandestino.

En Puebla, por ejemplo, es posible encontrar una de estas USB en la Avenida Juárez, así como otras dos en el Centro Histórico. Para aquellos interesados en localizar estas discretas estaciones de intercambio, el mapa del proyecto está disponible en la página oficial, brindando una guía para aquellos que buscan sumergirse en este mundo subterráneo de intercambio de archivos.

Así funcionan

Pero, ¿cómo funcionan exactamente estas "Dead Drops"? A diferencia de las plataformas en línea convencionales, no se requiere ningún tipo de identificación personal. Sin direcciones de correo electrónico, nombres de usuario o contraseñas, el acceso a estos archivos es tan simple como conectar un dispositivo y explorar el contenido disponible.

Sin embargo, no todo son rosas en este mundo de intercambio clandestino. Antes de aventurarse a participar, es recomendable considerar los riesgos y precauciones necesarias. Dado que estas memorias USB están expuestas a la intemperie, existe la posibilidad de que fallen o se deterioren con el tiempo.

Además, la amenaza de malware, como virus, troyanos o software de vigilancia, está siempre presente, lo que podría comprometer la seguridad de los dispositivos de aquellos que participan en este intercambio anónimo.

Pero quizás el mayor riesgo radica en el contenido mismo de estos archivos. Al ser un sistema anónimo y descentralizado, es posible que los archivos disponibles incluyan contenido ilegal, lo que podría acarrear serios problemas legales para aquellos que accedan a él.

A pesar de estos riesgos, los "Dead Drops" continúan siendo una fascinante exploración de los límites de la conectividad digital y la cultura del intercambio de información. En un mundo cada vez más vigilado y controlado, esta red clandestina ofrece una pequeña ventana de anonimato y libertad en el vasto paisaje digital contemporáneo.