ELON MUSK

Elon Musk se prepara para la implantación de microchips en cerebros humanos

¡Así como en las películas! La empresa que esta detrás de este proyecto es Neuralink compañía del líder mundial de tecnología que se aliara con el millonario.

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Hemos pasado toda una vida de ver películas futuristas en donde se muestran escenarios que parecerían imposibles de lograr o muy lejanos, sin embargo la implantación de chips en el cerebro humano puede dejar de ser considerado como ciencia ficción para pasar a ser una realidad.

Como siempre Elon Musk es uno de los primeros interesados en utilizar sus recursos en el avance de la tecnología, en esta ocasión el millonario tiene el propósito de ayudar al campo de la salud y algunas otras posibilidades, como la capacidad de leer los pensamientos o comunicarse por medio de telepatía.

Uno de los hechos que vuelve más impresionante esta noticia, es que no solo se esta desarrollando esta tecnología, sino que los primeros ensayos se han comenzado a realizar desde el año pasado.

 “Trabajar en estrecha colaboración con algunos de los médicos más innovadores y los mejores ingenieros, además de trabajar con los primeros participantes del ensayo clínico de Neuralink”; el científico trabajará en la sede de Fremont, California, en Estados Unidos.

En el equipo de trabajo de este innovador proyecto se encuentran: médicos, científicos e ingenieros, que supervisan y vuelven realidad los sueños de Elon Musk

El proyecto promete ayudar a mejorar la calidad de vida

^"El ideal principal de implantar microchips en el cerebro humano es ayudar a quienes tienen problemas de movilidad debido a múltiples enfermedades".  -Declaró Musk ante la cumbre directiva del Wall Street Journal.

Según palabras de Musk, el proyecto busca beneficiar a las personas con lesiones de médula espinal, o personas que sufren de parálisis parcial o total de sus extremidades.

Para estar en funcionamiento, el proyecto deberá contar con la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), así como tener un mínimo de tres años experiencia en regulación de dispositivos médicos de Estados Unidos para que las primeras pruebas en humanos sean posibles.