A primeros del mes de febrero, el multimillonario Elon Musk lanzó dos noticias al mercado de las criptodivisas que animaron la cotización de algunos de estos activos. Por un lado, dijo que su empresa, Tesla había comprado 1.500 millones de dólares en bitcoins. Por otro, que planeaba aceptar el bitcoin como forma de pago.
Tesla compró bitcoins con el objetivo de diversificar y maximizar el retorno de la liquidez que posee la compañía y que se sitúa en torno a los 19.000 millones. Pero también dijo que aceptará los pagos en bitcoin a cambo de sus productos “sujetos a las leyes en vigor y con ciertas limitaciones”.
Lo cierto es que la cotización del bitcoin subió un 2%, hasta los 44.200 dólares tras los anuncios de Tesla y eso puso en guardia a los supervisores y reguladores financieros, que temían un ‘efecto llamada’ entre los inversores minoristas hacia este volátil activo financiero.
Por otro lado, no es la primera vez que Elon Musk calienta un activo o deja caer información relevante de Tesla en las redes sociales. Ya en 2018 la SEC le denunció por fraude por culpa de unos tweets que escribió sobre su compañía. Finalmente, Musk llegó a un acuerdo con el regulador que le obligó a dejar su puesto como presidente de Tesla y a pagar una multa de 20 millones de dólares.
Pero las criptodivisas están fuera del alcance de la SEC. Invertir en bitcoin es invertir en un mercado no regulado, lo que permite que cualquiera pueda calentar el activo desde sus redes sociales, tal y como se presupone que ha hecho Elon Musk.
El que a hierro mata, a hierro muere
Sin embargo, del mismo modo que se puede calentar un activo a través de las redes sociales de un empresario tan influyente como Elon Musk, también se puede hundir. Y eso es lo que les pasó al bitcoin y a Musk cuando este último reconoció en un tweet que tanto el bitcoin como el ethereum estaban un ‘poco altos’.
El precio del bitcoin bajó en un día desde los 55.000 a los 48.000 dólares. Pero no solo eso. Al reconocer que Tesla tenía 1.500 millones en bitcoins, la caída de la criptodivisa impactó en las acciones de la empresa automovilística, que retrocedió desde los 762 a los 714 dólares. Y el efecto dominó continuó un poco más y devolvió a Musk al puesto dos en la lista de los hombres más ricos del mundo en favor del principal accionista de Amazon, Jeff Bezos.
Esta es la principal consecuencia de poner una fuerte suma de dinero de una empresa cotizada en un activo tan volátil como es una criptodivisa. Y esa es también la consecuencia de hablar de más en las redes sociales cuando lo que dices tiene tanta repercusión.
Musk podía ser acusado de calentar el bitcoin, el ripple o el Ethereum cuando hablaba bien de ellos en Twitter, pero también ha sufrido el golpe de hacer comentarios negativos sobre estos activos. Quizás esto le haya servido de lección para un futuro.
De todas formas, el bitcoin vuelve a cotizar en el entorno de los 55.000 dólares tres semanas después de perder ese nivel (por el tweet de Elon Musk) y presume de revalorizarse un 87% en lo que llevamos de año. Tampoco le va mal al Ethereum, que marca un precio por encima de los 1.800 dólares y se aprecia un 148% en lo que llevamos de 2021; o al ripple, en niveles de 0,4778 dólares con un 112% de ganancia en 2021.
Lo que sí te exige la inversión en criptodivisas es ir de la mano de un buen bróker porque como ya hemos visto, en este mercado no regulado, un par de tweets son suficientes para que los activos suban o bajen.