En febrero pasado Angela Merkel, canciller federal de Alemania del partido Unión Demócrata Cristiana (CDU por sus siglas en alemán), tuvo una reunión con Alberto Fernández, presidente de Argentina, que se ha vuelto tendencia durante la pandemia del COVID-19 cuando se refirió a los líderes latinoamericanos.
Angela Merkel, canciller de Alemania.
En esa instancia, Merkel-según fuentes de la delegación argentina-reflexionó: “Uno de los problemas de América Latina es que los ricos no quieren pagar nada”. Aunque la frase no había tenido mucha repercusión hasta ahora cuando varios gobiernos en América Latina están buscando cobrar impuestos a los empresarios multimillonarios para enfrentar la decadencia económica durante la pandemia del coronavirus.
“¿Cómo es posible que un país como Argentina, capaz de producir alimentos para 400 millones de personas, tenga al 40 por ciento de su población viviendo por debajo del umbral de la pobreza?”, concluyó Merkel en la reunión con Alberto Fernández.
A raíz de estas declaraciones, Angela Merkel se volvió tendencia en Twitter:
Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) presentado en 2016, el 10% más rico posee el 71% de la riqueza y tributa sólo el 5,4% de su renta.
“Entre 2002 y 2015, las fortunas de los multimillonarios de América Latina crecieron en promedio un 21% anual, es decir, un aumento seis veces superior al del PIB de la región. Gran parte de esta riqueza se mantiene exenta del pago de impuestos o en paraísos fiscales. Es vergonzoso que en la mayoría de los países de la región continúe el aumento progresivo en la tasa y los bienes que pagan IVA, en vez de atacar la evasión fiscal y reducir las exenciones que reciben los que más tienen”, planteó Simon Ticehurst, director de OXFAM para América Latina y el Caribe.
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Por su parte, "Alemania es el cuarto país con la mayor presión fiscal de Europa, que el año pasado ascendió al 38 por ciento del PBI, según la OCDE, superando la media de esta organización, que alcanza el 34 por ciento. La primera fuente de recaudación son los ingresos por el impuesto al valor agregado, la segunda el impuesto a las ganancias y la tercera un tributo que pagan emprendedores o trabajadores independientes, algo similar a ingresos brutos.
Además, se encuentra entre los países del mundo con la tasa más alta en el impuesto a las ganancias, que alcanza el 45 por ciento, según el World Economic Forum. De hecho, un trabajador soltero comienza a pagar un 14 por ciento de impuesto cuando supera un sueldo de 9408 euros anuales. A partir de los 57 mil euros anuales es el 42 por ciento del gravamen y desde los 270 mil anuales, el 45 por ciento de tope”, detalló el diario argentino Página/12