Una mujer de 30 años de edad y su hijo de 8 fueron hallados muertos en un duplex en la colonia Las Arecas, en Reynosa, Tamaulipas.
Se trata de Minerva y el pequeño Christian, quienes tenían alrededor de 4 días de no responder llamados ni ser vistos por los vecinos de la casa en la que acababa de rentar hace tres semanas.
La idea de Minerva era comenzar una nueva vida, lejos de su pareja y padre del niño, distanciándose de problemas y discusiones.
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Los vecinos revelaron que de la casa que habitaban la mujer y su hijo se desprendían olores fétidos, además de que no respondía a los llamados de sus familiares. Así que fue su cuñado quien decidió acudir a buscarlos para ver cómo estaban; tras forcejear la cerradura se encontró con una televisión prendida y desagradables olores.
Al entrar, la escena en la recámara será imborrable en su mente: el cuerpo de Minerva estaba putrefacto, tenía una almohada en el rostro y a su lado estaba Christian, sin vida.
El hombre llamó inmediatamente a las autoridades, que apenas llegaron acordonaron el lugar. Los vecinos estaban asombrados, pero no escatimaron en darle pormenores a los oficiales sobre lo que habían observado y visto en estas tres semanas.
Un hombre fue visto yendo a la casa de Minerva y Christian en un auto azul. Sus visitas eran frecuentes. Casualmente, desde que dejaron de ver a la mujer, el sujeto dejó de acudir al lugar.
El sospechoso podría ser la expareja de la víctima.
Esto encontraron las autoridades en la casa de Minerva
Sobre una cama, los agentes hallaron el cuerpo sin vida de Minerva; sobre su rostro estaba una almohada y todo indica que la mujer forcejeó para salvar su vida, pero no lo logró.
A su costado estaban los restos de Christian; podría ser que el pequeño observó el homicidio de su madre, motivo por el que habría muerto por asfixia.
Varias persiones apuntan a que una discusión provocó el enojo del sujeto, quien sería la expareja de Minerva.
La FGJT está llevando a cabo las investigaciones.