COLUMNA INVITADA

Aduanas: la reforma que México necesita

Escrito en OPINIÓN el

El reciente encuentro entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, marca un momento decisivo para el comercio bilateral y la competitividad de la zona frente al avance de los bloques de los países BRIC y la Organización de Cooperación de Shanghai que trae consigo el fortalecimiento de Asia central.

En la reunión, Rubio reiteró la necesidad de resolver las barreras comerciales y no comerciales “para impulsar la prosperidad bilateral”, un mensaje que debe leerse no como amenaza, sino como oportunidad. México y Estados Unidos, socios estratégicos bajo el T-MEC, enfrentan hoy un reto común: garantizar que la frontera sea espacio de legalidad, facilitación y competitividad, y no un campo minado de obstáculos regulatorios y aranceles.

La presidenta Sheinbaum confirmó que la Secretaría de Economía revisa cerca de 50 barreras señaladas por Washington, entre ellas temas aduaneros, agrícolas, técnicos y energéticos. No se trata de violaciones directas al tratado, sino de medidas que, en la práctica, dificultan el libre flujo de mercancías, según los Estados Unidos. Lo que sí, y es el punto medular, es que si México logra eliminar estas trabas, no solo evita la amenaza de aranceles generalizados de hasta 30% hacia finales de 2025, como ha planteado Donald Trump, sino que abre un horizonte de confianza y certidumbre para inversionistas y productores de ambos países.

De todas las áreas señaladas, las aduanas mexicanas ocupan un lugar central. Estados Unidos acusa a México de aplicar cambios regulatorios con poca anticipación, de manera inconsistente entre aduanas e incluso de limitar la operación de agentes aduanales. También cuestiona la falta de mecanismos ágiles para el comercio electrónico de bajo valor, sector que ha crecido de manera exponencial.

Estas observaciones no pueden desestimarse. La propia Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), junto con el Servicio de Administración Tributaria (SAT), han reconocido que es urgente avanzar en la homologación de criterios, en la digitalización y en la trazabilidad de las operaciones. El anuncio de una reforma a la Ley Aduanera, confirmado por la Consejera Jurídica de Presidencia, Ernestina Godoy, abre una ventana de oportunidad única para atender estos temas con visión estratégica. No se trata solo de “cumplir” con Estados Unidos, sino de modernizar nuestro sistema aduanero para que sea motor mayor de competitividad nacional y de generación de prosperidad.

Recordemos que más del 73 por ciento del PIB nacional tiene que ver con el comercio exterior, lo que significa que cualquier mejora regulatoria en las aduanas, tiene un efecto directo sobre el desarrollo económico del país. De ahí que los agentes aduanales, como la primera línea de defensa para garantizar la legalidad, la seguridad y el flujo eficiente de mercancías, apoyemos la reforma del Gobierno Federal, que sin duda abonará a construir un México mucho más fuerte y atractivo para la inversión extranjera.

Si algo quedó claro del encuentro entre Sheinbaum y Rubio es que la relación comercial entre México y Estados Unidos no puede darse por sentada. Existen fricciones, sí, pero también la convicción de que ambos sólo prosperarán si actúan como aliados. Eliminar las barreras no arancelarias es hoy la mejor defensa contra la imposición de aranceles generalizados, que serían devastadores para sectores exportadores como el automotriz, el agroindustrial o el electrónico, pero tampoco se trata de perder soberanía ni afectar los intereses nacionales.

Si México logra responder con visión y firmeza, no sólo evitará la cascada de aranceles, sino que consolidará su posición como socio confiable de Estados Unidos y como potencia exportadora.

JOSÉ IGNACIO ZARAGOZA AMBROSI

EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR

@ignaquiz