EDUCACIÓN

La Casa Educa, La Escuela Enseña

Escrito en OPINIÓN el

Hola querida familia, amigos y lectores, les saluda su amiga, la Maestra Diana.
Hoy quiero hablarles sobre algo que siempre me ha preocupado profundamente: la relación entre la educación en casa y la enseñanza en la escuela. Este tema es crucial porque de ello depende la formación de nuestros hijos, que no solo deben aprender conocimientos académicos, sino también valores y principios que los guíen a lo largo de su vida.
Como bien sabemos, la casa es el primer lugar donde los niños aprenden, y es ahí donde se forman los cimientos de su carácter. En el hogar, los padres son los primeros maestros. Desde pequeños, nuestros hijos observan, aprenden y replican lo que ven. Si en casa se fomenta el respeto, la disciplina, el esfuerzo, la empatía, y el amor por el conocimiento, entonces el proceso educativo será mucho más fácil y enriquecedor. Sin embargo, si en el hogar los límites son difusos y las reglas no se respetan, los jóvenes tienden a trasladar esa falta de estructura a sus vidas escolares.
Los padres deben educar con amor, porque el amor es la base de todo proceso de enseñanza. Como padres, nuestro objetivo debe ser criar adultos responsables e independientes, capaces de tomar decisiones con conciencia y respeto. Como dijo el filósofo y pedagogo Juan Domingo Farnós, “El primer maestro de un niño es su hogar, y no importa cuánto tiempo pase en la escuela si su hogar no le enseña lo que es el respeto y la responsabilidad".
Es fácil pensar que la escuela debería enseñarlo todo, pero la realidad es que la escuela complementa lo que los padres enseñan en casa. En este sentido, educar no solo es impartir conocimiento, sino formar seres humanos íntegros, que respeten a los demás, que se hagan responsables de sus actos y que comprendan la importancia de la empatía. Hoy en día, nos encontramos con estudiantes que, en muchas ocasiones, no respetan ni las reglas de la casa ni las de la escuela. Esto es consecuencia de la permisividad de algunos padres que no establecen límites claros.
Permitir que un niño no se haga responsable de sus acciones, no cumpla con sus tareas o no respete las normas de convivencia, es un grave error. El respeto por las reglas, por los demás y por uno mismo debe ser inculcado desde pequeños, con firmeza y con amor. Como bien afirma el psicólogo y educador norteamericano, Dr. James Dobson, “La disciplina no es castigo, es enseñar a los niños a tomar decisiones responsables, guiándolos para que sean personas de bien”.
La educación comienza en casa, y es aquí donde se debe plantar la semilla de valores que permitirán a nuestros hijos ser personas con principios sólidos, que en el futuro podrán tomar decisiones sabias, responsables y empáticas. La casa educa, y los padres tienen el poder de guiar a sus hijos hacia un futuro lleno de posibilidades, todo basado en el amor, la disciplina y el respeto.
Les invito a reflexionar sobre esto. Como madre, como maestra y como ciudadana, creo que debemos ser más conscientes de la responsabilidad que tenemos en la formación de los futuros adultos que estarán al frente de nuestra sociedad. Si no fomentamos la educación en el hogar, ¿cómo podremos esperar que los estudiantes respeten y valoren las enseñanzas en las aulas?
Queridos lectores, los invito a reflexionar sobre este tema. ¿Qué opinan? ¡Me encantaría escuchar sus opiniones!
Con cariño a mis lectores,
La Maestra Diana Alejandro