PASADIZO SECRETO

Liga Mexicana de Beisbol, la ‘jugada’ perfecta

Escrito en OPINIÓN el

La “campanada” final para el equipo de casa Tecolotes vino a demostrar que aún le faltan alas para lograr un nuevo campeonato, pero también a evidenciar que ese circuito deportivo al que pertenece año tras año le repite la misma dosis a su afición, logrando con esto la Liga Mexicana de Beisbol, la “jugada” perfecta.

Está equivocado quien diga o asegure que la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) se encuentra en su mejor momento, pues basta con ver los partidos regulares de temporada a nivel nacional para constatar que el público no acude con regularidad al llamado del equipo local, al entenderse que no motiva en nada, aun y se presente ese equipo contrario de tradición o jugador excepcional.

Todo porque los equipos nacionales están llenos de extranjeros que nadie conoce, y que muchos jugadores queridos e identificados de alguna manera con su afición, de repente aparecen en otras franquicias provocando no el gusto por ir a verlo, sino el enojo o molestia al verlo jugar en el otro bando.

Sólo los aficionados más adentrados al beisbol profesional mexicano sabrán y mucho de los reglamentos que rigen a este deporte a este nivel, pero no de sus contratos o derechos laborales, pero se entiende que todo jugador, incluso el equipo técnico que lo conforman, son trabajadores.

Y que por esta razón de igual modo se cansan, se lesionan, se encuentran en ocasiones con bajo ánimo o autoestima por algún problema personal, entonces los resultados al jugar no reflejan lo esperado por la afición, por sus propios dirigentes.

Quizás este tema encaje y perfectamente del porqué en ocasiones los equipos no demuestran ese mismo empuje, ese mismo ánimo para lograr el triunfo, pero el que todos los jugadores al mismo tiempo padezcan de lo mismo suena algo raro, generando un sinnúmero de suposiciones, como esa indicación de que a cómo van los “números” y para el reacomodo de los equipos, hoy no se debe jugar bien, en consecuencia, hoy no se debe ganar sino dejarse ganar.

No se puede negar que muchos aficionados llevan y al pie de la letra todos los números y todos los resultados de todos los juegos de temporada, por lo mismo los comparan con las actuaciones anteriores, la afición normal lo olvida, pero ellos las conservan, y en sus reuniones las comentan y sí que surgen variadas coincidencias.

Cierto es que el juego del beisbol es uno de los entretenimientos para practicar o disfrutar de los más nobles y familiares, pero cierto es también que, a este nivel profesional, se está frente a una Liga Mexicana de Beisbol que no está entendiendo ese concepto al estarlo y totalmente manipulando, monetizando.

No, de ninguna manera la afición está dolida porque su equipo de casa pierda o no logre continuar en la final de la temporada como campeón, pero esto que se ve, da pie a cuestionar que efectivamente algo raro está sucediendo en este circuito beisbolero, ante los mismos o casi idénticos resultados.

Y no sólo por la manipulación de jugadores, de la introducción desmedida de extranjeros que vienen de cierto modo a quitarles ese espacio, esa oportunidad a los de casa, sino porque claramente se ve que la Liga Mexicana de Beisbol con sus fechas de juegos, con sus prisas “exprime” casi y por completo al noble jugador, al equipo técnico.

Entonces y por esto es que ya se deberían de modificar las fechas de los partidos, hacerlos más pausados para darle oportunidad a los jugadores a descansar, al momento de comenzar los play off de igual modo alargar las fechas de los encuentros para la recuperación de todo jugador, entendiendo que llegan cansados, lesionados, exhaustos de viajar, desmoralizados de no ver en casi todo ese ciclo a sus familias.

La Liga Mexicana de Beisbol está cumpliendo 100 años, tema que han abordado en toda esta temporada; sin embargo, esa madurez, esa disponibilidad por hacer cambios, corregir lo que están viendo que este mal por lo visto lo ignoran, le dan vuelta a la página.

Ojalá que la próxima temporada de beisbol, las directivas cambien, alarguen los tiempos entre los juegos para que descansen sus jugadores, que rolen los equipos del sur hacia el norte al ser una misma liga, dejar orgullos a un lado, enfrentarse los unos contra todos como debe ser, al entender que en esta competencia no hay equipos pequeños.

De hacerlo o al menos intentarlo, por supuesto que los juegos finales ya no serían los mismos equipos contra los de siempre, al generarse otra nueva cara, al ya no existir más de la LMB tanta perfección, manipulación y repetición.