Con el final de la serie de Tecolotes contra Sultanes de Monterrey en busca de la final de la Zona Norte, llegó un intenso debate marcado de especulación que se inclinaba a asegurar que el camino a la Serie del Rey se frustró más por la falta de un estadio digno para traer a contendientes como los Diablos, que por un equipo deficiente.
Claro, estas serían afirmaciones temerarias, pero de alguna manera predominaron y abrieron el debate del estadio de beisbol en Nuevo Laredo.
Si bien los comentaristas en televisión siempre hacen hincapié en que La Junta no cumple con los estándares de hoy en día -aunque técnicamente sí cumple con los de la LMB-, todos los neolaredenses conocen el contexto y el dilema de tener tres estadios, pero usar sólo dos de éstos.
Estamos de acuerdo en que hay un cariño muy fuerte a La Junta y una ubicación muy céntrica y conveniente incluso para quienes viven en Laredo, Texas, pero su capacidad y las comodidades como estacionamiento, son un tema aparte, mientras que en el extremo poniente, en el complejo de la Nueva Ciudad Deportiva, existe lo opuesto: un gran estadio que puede albergar a una gran cantidad de fanáticos, amplio estacionamiento, etc., pero al que muy poca gente acudía por lo que muchos consideraban una muy incómoda ubicación y sobre todo, un difícil acceso, por encontrarse en una vía de paso del tráfico pesado.
En ese dilema, muchos señalan que quien es un verdadero fanático, debe acudir sin importar la ubicación, mientras que otro segmento difiere y opta por sugerir una remodelación mayúscula de La Junta, lo que implicaría sacrificar una parte considerable de la Unidad Deportiva Benito Juárez que alberga diariamente a cientos de atletas, e incluso tal vez reubicar la Liga Oriente.
Entonces, ¿cuál es la mejor opción?, pues a corto plazo rehabilitar el estadio de la Nueva Ciudad Deportiva en el poniente sería posible que estuviera listo tan pronto como para el inicio de la nueva temporada en el 2026, pero queda la duda de qué tan bien sería recibido esto y si tendría suficiente asistencia.
Esta última opción serviría para dar tiempo a una rehabilitación de La Junta o algún otro plan, aunque un tercer recinto de este tipo en Nuevo Laredo generaría un nuevo debate, especialmente en lo económico.
Y la alternativa de jugar sólo en el Unitrade no parece ser una opción viable, pues se dejaría de lado a un numeroso segmento y posiblemente al más apasionado, de fanáticos de los Tecolotes, muchos de los cuales no tienen visa o la disposición de cruzar el río para gastar en dólares para ver un juego de los Tecolotes.
En fin, no está fácil y cualquier decisión tendría a un segmento en contra, claro, en diferentes proporciones, pero en lo que todos los aficionados al beisbol coinciden, es que es momento de un mejor estadio para los Tecolotes, para que puedan recibir a equipos grandes, especialmente en una Serie del Rey.