Quiero platicarles algo que me parece muy importante ahora que estamos llegando a la última semana del receso escolar. Nuestros niños y adolescentes han disfrutado de descansar, jugar, dormir un poquito más y pasar tiempo en familia… ¡y qué bueno que lo hicieron! Se lo merecen después de tanto esfuerzo durante el ciclo anterior. Pero ahora, poco a poco, es momento de empezar a retomar hábitos para que el regreso a clases sea más fácil, tranquilo y motivador.
Por ejemplo, podemos ir ajustando los horarios de sueño, levantándolos un poco más temprano cada día. No se trata de cambios bruscos, sino de hacerlo de manera gradual, para que el cuerpo y la mente se acostumbren al ritmo escolar. También podemos animarlos a que se alisten solos: que se vistan, preparen su mochila, revisen sus tareas y organicen sus cosas. Al principio puede parecer lento o que les cuesta trabajo, pero créanme, con paciencia y acompañamiento, ellos mismos se sentirán orgullosos de poder hacerlo por sí mismos. Cada pequeño esfuerzo suma y fortalece su autonomía, responsabilidad y autoestima.
Estos días también son perfectos para platicar con ellos sobre lo que esperan del nuevo ciclo. Preguntarles qué les gustaría aprender, cómo se sienten con sus compañeros o qué les preocupa de regresar a clases abre espacios de diálogo y cercanía. Además, podemos aprovechar para revisar juntos sus materiales, preparar un espacio cómodo y ordenado para estudiar, y hasta organizar su uniforme o mochila. Son detalles simples, pero que ayudan a crear hábitos y rutinas positivas que se reflejarán en su desempeño escolar y en su actitud frente a la escuela.
Quiero aprovechar este espacio para reconocer y agradecer profundamente a nuestros maestros y maestras, quienes esta semana participan en el taller intensivo de formación continua, capacitando y alistando sus aulas para recibir a nuestros alumnos en un ambiente seguro, organizado y estimulante. Ellos preparan actividades, materiales y estrategias de aprendizaje para que cada niño y adolescente sienta que su regreso a clases será motivador y lleno de oportunidades. Su esfuerzo demuestra que la educación es una labor compartida: padres, hijos y maestros, todos trabajando juntos para garantizar un inicio de ciclo exitoso.
También quiero invitarlos a reflexionar sobre cómo podemos acompañar este proceso desde casa. Un desayuno nutritivo, un horario fijo para levantarse, preparar la ropa juntos, organizar los útiles y sobre todo, conversar con ellos sobre sus emociones y expectativas son acciones que hacen una gran diferencia. Pequeñas rutinas diarias construyen hábitos de vida que no solo los beneficiarán en la escuela, sino en todos los aspectos de su vida.
Al final, todo esto se trata de amor, paciencia y acompañamiento. De reconocer que cada paso que damos juntos, padres, hijos y maestros, construye un ambiente de respeto, disciplina y aprendizaje. Prepararnos para regresar a clases no es solo un asunto de horarios y tareas, es una oportunidad para fortalecer la relación familiar, valorar el esfuerzo de los maestros y enseñar con el ejemplo cómo planificar, organizarse y responsabilizarse.
“Los hábitos que cultivamos hoy construyen el futuro de nuestros hijos; acompañarlos y reconocer a quienes los guían es sembrar respeto, gratitud y esperanza.”
Queridos lectores, los invito a reflexionar sobre este tema y a poner en práctica estas acciones durante esta última semana del receso. ¿Ustedes ya comenzaron a preparar a sus hijos para el regreso a clases? ¡Me encantaría leer sus experiencias, consejos y reflexiones!
Con cariño a mis lectores,
La Maestra Diana Alejandro