El “Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec” (CIIT), debería ser de gran interés y preocupación para la zona norte del país, para esta frontera, pues y ante su inevitable avance, en 15 años Nuevo Laredo sería una ciudad “fantasma”.
Y no precisamente porque la gente abandone a esta por siempre fructífera frontera, sino porque el traslado y cruce de mercancías con el tiempo y por esto, dejaría de ser tal y como se ha conocido a lo largo de estas últimas seis décadas.
Pues el CIIT vendrá y de una forma gradual a provocar esa desviación de casi todo tráfico de carga de nivel internacional, al entender que la tendencia de trasladarla vía marítima es lo de hoy, parte de la modernidad, un hecho más que visible, comprobable.
De sobra es conocido que algunos conocedores y participantes del comercio aduanero como son los propios agentes aduanales, con demasiada anticipación no tan solo sabían sobre su materialización, sino que su rehabilitación, generaría un impacto negativo sobre estas actividades de traslado de carga transfronteriza terrestre en la zona norte.
Quizás sea por eso, que de estos personajes muchas de sus inversiones están siendo direccionadas ya no a los terrenos cercanos a los cruces internacionales como del Puente Colombia o el conocido como Puente III, sino más bien hacia puertos como el de Veracruz, Lázaro Cárdenas, así como hacia los predios aledaños al Corredor Interoceánico para la construcción de sus espacios logísticos.
Hoy y ante su operatividad, el Corredor Interoceánico está pasando a ser ese espectro que, y de una forma gradual, pudiera provocar esa disminución de carga, si, esa que aún se estila el trasladarla por medio de tractocamiones en carretera a través del territorio mexicano hacia las distintas fronteras del norte.
Fenómeno que de igual modo se percibe al notarse que toda carga que se movía a través del ferrocarril, también podría estar sufriendo cambios importantes, al comprobarse hoy que su infraestructura está dando lugar y espacio a la utilización de sus vías más para el traslado de pasajeros que de mercancías como era costumbre.
Todos los ciudadanos y residentes de Nuevo Laredo deberían mostrar algo de preocupación e interés sobre esto, ya que estaría en riesgo su tradicional ingreso, comenzar a re direccionar su economía, en pensar en esa nueva forma de generar recursos, porque el comercio internacional de carga por lo visto comenzara a agonizar.
No es por demás agregar que la forma como esta ya operando el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec”, es prácticamente el de recepción y traslado de carga marítima a todos aquellos que ya sea de una forma internacional o de una manera nacional tengan la necesidad de cruzar, utilizarlo para disminuir tiempos, utilizando la vía férrea que ya conecta al estado de Oaxaca con el de Veracruz.
Entonces, se estaría iniciando con automóviles, luego serían autopartes, los componentes para su ensamble, después granos, aceites, harinas, bebidas, en si todo tipo de mercancía que antes lo usual era el cruce por territorio nacional, su traslado terrestre por medio de tracto camiones con remolques y trenes.
No es por demás recordar que hace casi dos décadas y ante la modernización de los puertos de Lázaro Cárdenas y de Veracruz que a esta frontera dejaron de llegar los remolques tipo “contenedores”, esos que regularmente iban direccionados hacia los buques para su traslado internacional de una forma marítima.
Disminución de carga terrestre que, aunque no fue considerado como algo que dañara la economía de ese entonces, sí que alerto, al ver que las cosas que se creen seguras, de un día a otro dejar de suceder, ocurrir.
Cierto es que el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec” traerá gran proyección mundial a México como el progreso y economía a esa parte en donde está ubicado, pero cierto es también que, de una forma colateral, las fronteras del norte sufrirán de su inevitable efecto al ver disminuido para muchos su principal fuente de ingresos.
Esto no debe de tomarse como algo apocalíptico, pero ante la actitud de algunos agentes aduanales a nivel nacional que ya están anidando por esos lares, hoy debe ser ya el tiempo no para comenzar a analizar, sino actuar.
Pues de no hacer nada, con alta seguridad que en los próximos años desaparezca la figura del transfer, disminuyan las líneas transportistas, quedando en Nuevo Laredo del cruce de carga internacional, solo la historia triste de un recuerdo.