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ANAM, detonante económico de NLD

Escrito en OPINIÓN el

La inauguración de la ANAM es una fecha que diversos gremios esperan con ansias al ver este suceso como un detonante de la economía en varios aspectos, desde lo inmobiliario, hasta el resto de lo comercial, pues habría de incrementar las necesidades de alimento, ropa, calzado, entretenimiento, entre otros, ante la repentina llegada de cientos de trabajadores para dicha dependencia.

Si bien el complejo de la ANAM tiene ya su sección de viviendas, con departamentos para familias o trabajadores solteros, así como algunas residencias para quienes ocupen puestos de mayor nivel, sin embargo, hay interés de algunos funcionarios por vivir fuera del predio, por lo que esto ha disparado los precios de las propiedades cercanas o con acceso al bulevar Colosio, que conecta a las instalaciones de esta nueva sede de oficinas.

La fecha está cada vez más cerca, pues si bien los rumores se inclinan a que estamos a escasas semanas, será cuando se entregue formalmente la obra cuando comiencen a sentirse los efectos en cuanto a derrama económica.

Obviamente la ciudad no depende solo de esta obra, sino que es complementaria con el resto de las actividades de Nuevo Laredo y que de igual manera estarán creciendo con el proyecto de expansión del Puente 3, así como el tren de pasajeros, el segundo puente ferroviario (que ya se entregó), así como la predominante actividad aduanera que ya tiene nuestro puerto.

Cambiando un poco de tema, estos últimos días ha regresado a la conversación el tema del retiro de visas a funcionarios locales, obviamente entre rumores, pues para estas medidas no suelen emitirse comunicados de la embajada o consulados estadounidenses.

Algunos han optado por demostrar que no tienen problemas con la autoridad estadounidense al tener su visa en mano, pues para los políticos, ser vistos como personas no gratas para el gobierno norteamericano, suele ser un indicativo de corrupción, asociaciones delictuosas, entre otros aspectos.

Claro, la visa en este sentido, figura más como un estatus y no necesariamente como probatorio de algo, pues un funcionario o político puede argumentar que por patriotismo u otras razones no ha solicitado o renovado este documento, pero ante la sociedad, suele ser un interesante indicativo.