Un martes 17 de julio de 1928, el entonces presidente electo Álvaro Obregón, se encargó de varios asuntos a lo largo de la mañana de ese día, en el que tenía una cita con el presidente Plutarco Elías Calles al mediodía y una invitación para comer con varios diputados federales de Guanajuato a la una de la tarde. Su secretario, Enrique Torreblanca, le pidió a su hermano Fernando, que trabajaba como secretario del presidente, que reagendara la reunión del general con Calles para después de la comida, pues no podía cancelar su compromiso con los diputados por la insistencia de éstos de que asistiera. Poco antes de la una de la tarde el diputado sonorense Ricardo Topete y el gobernador del estado de Hidalgo, el coronel Matías Rodríguez, llegaron a la residencia de Obregón para acompañarlo a la comida. Ese día él se encontraba de buen humor e incluso bromeó con la posibilidad de otro atentado con bombas en su contra, como el ocurrido en noviembre del año anterior.
El general, vestido con un traje gris, salió de su casa acompañado del diputado, el gobernador, su escolta y algunos amigos. Entre los acompañantes estaban el coronel Juan Jaimes y el general Ignacio Otero Pablos. Se dirigieron a bordo de un Cadillac al restaurante La Bombilla, ubicado en el barrio de San Ángel, propiedad del empresario español Emilio Cazado.
A la una de la tarde el fanático religioso José de León Toral, se encontraba rondando la residencia de Obregón, estudiando sus movimientos. Al ver partir a la comitiva abordó un taxi para seguirlos hasta la Avenida Tizapán, actualmente Avenida Baja California, en donde perdió el rastro del general, pero intuyó que se dirigía a La Bombilla, según declaró posteriormente. Toral llegó unos minutos después de Obregón al restaurante, vestido con un traje café y corbata rojiza, y llevando consigo su cuaderno y un lápiz. En el jardín del restaurante se colocaron cuatro mesas para recibir a la comitiva, que sería resguardada únicamente por tres agentes. La orquesta del maestro Alfonso Esparza Oteo fue invitada para amenizar el evento.
El general Obregón se sentó al centro de la mesa de honor; a su derecha estaban el diputado Federico Medrano, jefe de la Confederación de Partidos Revolucionarios Socialistas de Guanajuato; Jesús Guzmán Vaca, presidente de la Corte y Arturo H. Orcí. Otros invitados a la mesa eran Aarón Sáenz, presidente del Centro Obregonista; Alejandro Sánchez, médico personal de Obregón; José Aguilar y Maya, José Luis Solórzano, Antonio Díaz Soto y Gama, Aurelio Manrique, Ezequiel Padilla, David Montes de Oca y el coronel Tomás A. Robinson.
Toral entró al restaurante, bebió un cuarto de cerveza y fue al baño. Desenfundó el arma que le habían prestado, retiró el seguro y la guardó en el chaleco de su traje a la altura del abdomen, con el cañón hacia abajo, salió al jardín del restaurante y se colocó cerca de la mesa del banquete. Empezó a hacer dibujos de Aarón Sáenz, del director de orquesta y del propio Obregón. Ricardo Topete, el diputado que había acompañado al general desde su casa, fue el único que desconfió del dibujante. Al percatarse de ello, Toral se acercó a Topete y a Sáenz para mostrarles los dibujos que estaba haciendo. Mientras tanto la orquesta de Esparza Oteo estaba tocando “El limoncito”, la pieza favorita de Obregón. A las 14:20 de la tarde, León Toral se acercó a Obregón y con su mano izquierda le acercó el cuaderno para que viera el dibujo. El general observó la caricatura y empezó a reír. En ese momento Toral sacó su pistola con la mano derecha y realizó seis disparos en su contra. El primer disparo fue a cinco centímetros del rostro de Obregón, haciendo que se inclinara hacia adelante y a la izquierda; los siguientes cuatro disparos impactaron en su espalda, y el sexto en el muñón de su brazo derecho. El general Obregón falleció en el acto. Se quería reelegir. Ni hablar. Hasta pronto. Fuente: Efemérides mexicanas, tomo II, editorial Avante, pp 380-381.Wikipedia, 2023.