Ayer amanecimos con la noticia de que -otra vez- la administración de Donald Trump quiere imponerle aranceles a México, ahora del 30 por ciento y con el asegún de que en caso de que hubiera medidas similares en contra de Estados Unidos, habría reciprocidad con dicho porcentaje y se le sumaría el 30.
De igual manera estuvo repartiendo aranceles y medidas a otros países, pero con el historial de los últimos meses, la mayoría si bien lo tomó con seriedad, también ha prevalecido la calma, pues desde un principio, así como dice una cosa, dice otra; acelera, frena, va de reversa y vuelve a acelerar.
El argumento de estos últimos aranceles del 30 por ciento para México es que a su criterio nuestro país no ha hecho suficiente para combatir el fentanilo y que por lo tanto, a partir del primero de agosto, hay que apechugar el nuevo arancel aplicable a todo producto mexicano, “a menos que…” las empresas se instalen en suelo estadounidense y que habría agilidad de parte de su gobierno para eso, o la otra opción diplomática y aplicable a toda la nación; que consideren que hubo un mayor esfuerzo contra el tráfico de drogas y otra vez se retire antes de que se llegue la fecha.
Claro que también está la clásica opción de decir 30 para que aceptemos un 10 por ciento y digamos que nos la dejó barata, aunque a este punto ya está más que gastada esa ‘estrategia’ y lo sabe, pero a su parecer, no tenemos opción.
Para los empresarios la idea es jugarla tranquila, pero también ya comienzan a ver otros mercados que ofrezcan entre sus beneficios, certidumbre y estabilidad en sus acuerdos comerciales, pues este es un ingrediente básico para una buena relación.
La respuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum fue diplomática, en el sentido de que espera llegar a un acuerdo, pues ya se la sabe, y es que desde la entrada de la nueva administración Trump a inicios del año, se la han querido aplicar varias veces a México y a otros países.
Antes de asustarnos, vamos a ver como progresa este asunto y no sería de extrañarse que con alguna detención de alto perfil o acciones en materia de combate al crimen, pueda revertirse la medida.