Rafael Marín Mollinedo regresó a la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM) a dar resultados, principalmente en dos frentes: la recaudación y el combate a la corrupción. En ambos temas su liderazgo se ha hecho sentir, logrando cifras nunca antes vistas en la recaudación del primer cuatrimestre del año, en que las aduanas aumentaron 24% la fiscalización, para aportar a nivel nacional casi el 30% de la recaudación total.
Uno de los reconocimientos más relevantes a esta labor fue el respaldo institucional del Senado de la República, que a través de la Comisión de Asuntos Fronterizos destacó su papel estratégico al frente de una agencia clave para el futuro económico de México. El reconocimiento no fue simbólico: se sustentó en datos tangibles, como el decomiso de más de 18 millones de litros de diésel, armas ilegales y droga en puntos clave del país. Estas acciones marcan el inicio de una nueva etapa operativa, caracterizada por mayor eficacia, inteligencia fiscal y profesionalización.
Como bien lo expresó el propio Marín Mollinedo en aquella ceremonia, “las aduanas del siglo XXI ya no pueden entenderse como simples garitas o barreras”. Su visión está centrada en convertirlas en nodos estratégicos de inteligencia, inspección tecnológica, coordinación internacional y vigilancia fiscal. Esta transformación se refleja con claridad en los resultados del periodo enero–abril de 2025.
De acuerdo con el más reciente Informe de Finanzas Públicas y Deuda Pública de la Secretaría de Hacienda, la recaudación por operaciones de comercio exterior en ese periodo alcanzó los 469 mil 858 millones de pesos, lo que representa un crecimiento real de 24.1% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta es la tasa más alta registrada en un cuatrimestre similar, y se explica principalmente por tres factores: mayor vigilancia aduanera, fiscalización a plataformas digitales y el efecto del tipo de cambio.
Del total recaudado, el IVA representó el 71.8%, consolidándose como la principal fuente tributaria de las aduanas; el IEPS alcanzó un 13.4%, creciendo 25.1% en términos reales debido al mayor volumen de importación de hidrocarburos; y el restante 14.8% se compuso de contribuciones como IGI, ISAN, DTA y otros.
Por tipo de aduanas, todas las regiones mostraron mejoras. Las aduanas fronterizas registraron un crecimiento real de 24.7%, siendo Nuevo Laredo, Ciudad Juárez, Colombia, Matamoros y Reynosa responsables del 80.5% del total recaudado en este grupo. En el caso de las aduanas interiores, el crecimiento fue del 14.1%, con AIFA, AICM, Toluca, Puebla, Guadalajara y Aguascalientes aportando el 83.8% del total. Y en las aduanas marítimas, el repunte fue del 27.1% real, destacando Manzanillo, Veracruz, Lázaro Cárdenas, Tuxpan y Altamira, que generaron el 82.8% de la recaudación portuaria.
Estos resultados no son casuales. Responden a una estrategia claramente diseñada desde la alta dirección de ANAM para reforzar todas sus áreas operativas, en particular la Dirección de Investigación Aduanera, encabezada por el Dr. Alex Tonatiuh Márquez Hernández, que ha sido pieza clave en el fortalecimiento del análisis de riesgo, la prevención de ilícitos y el combate al contrabando. Junto con el área jurídica, esta dirección ha detectado y desarticulado operaciones de subvaluación, mala clasificación arancelaria, simulación de operaciones y redes de evasión fiscal con facturas falsas, trabajando de la mano con el SAT, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y otras autoridades.
La prioridad no está sólo en recaudar más, sino en recaudar mejor. Hoy la ANAM ha enfocado esfuerzos en sectores históricamente vulnerables al contrabando y a la evasión, como los electrónicos, textiles, acero y combustibles. El impacto ha sido doble: se fortaleció la recaudación y, al mismo tiempo, se mejoró la competitividad de estas industrias, al emparejar el terreno de juego para quienes sí cumplen con la ley.
Es claro que, para la administración de la Dra. Claudia Sheinbaum, la reforma fiscal no pasa por elevar tasas impositivas, sino por hacer que la ley se aplique con inteligencia, precisión y sin excepciones. Por eso, el modelo de gestión aduanera impulsado por la ANAM está centrado en el cumplimiento voluntario y en la cultura de la legalidad, dos pilares clave para un sistema aduanero moderno y sostenible.
Marín Mollinedo ha demostrado que las aduanas no sólo son un punto de control, sino una plataforma estratégica para el desarrollo del país. Bajo su conducción, la ANAM reafirma su papel como brazo operativo de la legalidad en el comercio exterior, garantizando que quien comercia, pague lo justo; y quien evade, enfrente las consecuencias. El futuro de las aduanas de México, más que en discursos, hoy se mide en resultados.
EXPERTO EN COMERCIO EXTERIOR