Si hay un país en el que las bebidas y comidas enlatadas son icónicas, es sin duda Estados Unidos y justamente esa nación enfrenta ahora un problema de abasto de acero y aluminio luego de que le impusieran aranceles a estos materiales tan necesarios para la fabricación de miles de productos.
Rick Huether de la Independent Can Company en Belcamp, en el estado de Maryland, alzó la voz al respecto, pues la empresa que dirige y como su nombre lo dice, está dedicada a hacer latas, señaló que estas medidas arancelarias lo forzarán a incrementar sus precios, además de que la incertidumbre ha provocado también que sus compradores redujeran sus pedidos.
El empresario explicó que dependen en un 70 por ciento del extranjero para la proveeduría de aluminio, y que si bien está de acuerdo con las políticas de reindustrialización al considerar que la globalización ha ido algo lejos, asegura no entender medidas tan repentinas y severas, como los aranceles -primero del 25 y luego- del 50 por ciento a materiales como el aluminio y acero, que no se producen domésticamente en cantidades suficientes.
Todo esto evidentemente tendrá un impacto inmediato en el costo de los productos, mientras que los posibles beneficios tardarían mucho en llegar y todo indica que incluso la siguiente administración federal no alcanzaría a verlos en las proporciones necesarias para estabilizar los precios.
Esta es solo la perspectiva de una de tantas empresas que experimenta los daños colaterales de las nuevas y muy drásticas políticas de la administración Trump.